La primera imagen de Philippe Junot y Marta Chávarri juntos se capturó en el restaurante Sacha, de Madrid, un clásico de la capital frecuentado por políticos y empresarios, y luego se les pudo ver en Mallorca y en Marbella. Este verano sus hijos Álvaro e Isabelle se casan tras dos años de noviazgo. El destino a veces es caprichoso.
Marta es bisnieta del conde de Romanones y se convirtió en una de las aristócratas más perseguidas de los años ochenta, tras su matrimonio con Fernando Falcó, marqués de Cubas. Se casaron en la catedral de Plasencia, en 1982, y un año después nació su hijo Álvaro. Marta acudía a todas las fiestas de la jet y siempre deslumbraba. Su matrimonio parecía feliz, hasta que empezó a correr el rumor de que, en realidad, vivía un romance secreto con un importante empresario, también casado. Unas fotos a las puertas de un hotel en Viena lo evidenciaron. Marta Chávarri y Alberto Cortina, casado con Alicia Koplowitz, vivían un romance.
Philippe Junot, tras su breve matrimonio de dos años con la Princesa Carolina de Mónaco, con quien protagonizó la boda del año en 1978, en contra de la voluntad de Rainiero y Grace, se había convertido en una figura asidua de las revistas del corazón. Era conocido como «el rey de la noche», el playboy por antonomasia, sobre todo en París y en la Costa Azul. Entre sus conquistas: Giannina Faccio, Sofía de Habsburgo o Victoria Brynner, hija del actor Yul Brynner.
En la época en la que conoció a Marta Chávarri, Junot vivía entre Madrid y París por motivos profesionales. Parece que el nexo de unión entre ambos, según explica la periodista Paloma Barrientos, fue Cary Lapique, en cuya agencia de viajes colaboraba Junot en aquella época. La foto en el restaurante Sacha fue totalmente casual. El fotógrafo buscaba documentar el encuentro en una mesa próxima de Felipe González con varios empresarios, y se topo con la pareja.
Marta se había divorciado de Fernando Falcó, marqués de Cubas, en 1989, y de Alberto Cortina, en 1995. El escándalo de aquella ruptura matrimonial fue mayúsculo en la España de los ochenta. Lo que parecía una simple infidelidad se acabó convirtiendo en un escándalo económico de grandes proporciones, en el que se vieron frustradas importantes operaciones financieras. El romance llegó a aparecer en las páginas económicas de la prensa internacional.
Marta ha llevado desde mediados de los noventa una vida alejada de los focos, aunque se le han conocido varias parejas. Su vida social es muy discreta. Se reúne en casas de amigas o sale de compras con sus hermanas. Hace seis años, sufrió un accidente que le causó una ligera parálisis facial y le provocó una pequeña depresión. A sus sesenta y un años, pasa el tiempo dedicada a pintar. Fue una de las grandes ausentes del funeral por su ex marido y padre de su hijo Fernando Falcó.
La relación entre Philippe y Marta, un fuego de artificio veraniego, no duró mucho. Con el otoño, parece que llegó el final. Pero de aquella relación quedó una cordial amistad en aquel momento. Pocos meses después, Philippe Junot se casó con Nina Wendelboe-Larsen, madre de sus tres hijos, Victoria, Alexis y la menor, Isabelle. Se divorciaron tras diez años de matrimonio. Al igual que Marta, Philippe lleva una vida tranquila, a sus ochenta años, entre Marbella y París.
Álvaro y Isabelle han huido desde el principio de ser el centro de atención. Isabelle estudió teatro, Cine y Drama en la Universidad de Virginia y ha vivido entre Madrid, París, Londres y Copenhague y lleva una cuenta de Instagram dedicada a la nutrición y el estilo de vida. Álvaro estudió Dirección y Administración de Empresas en la Universidad Francisco de Vitoria y cursó un master en el Instituto de Empresa. En la actualidad trabaja como director de ventas en una empresa experta en marketing digital y además, en sus ratos libres, ejerce de DJ en algunas de las discotecas más selectas de Madrid, bajo el nombre de Difalco.