Misa de medianoche es la serie de terror que más miedo nos ha dado en años (y tienes que verla antes de que alguien te haga spoiler)

Puede que acudir a la misa del gallo no sea ya una costumbre tan extendida como hace décadas, pero las que nacimos en el siglo pasado aún poseemos la suficiente cultura religiosa para entender en toda su subversiva extensión la propuesta de la serie Misa a medianoche . Por increíble que parezca, en la lectura de la biblia que hace Bev Keane, la beata más agresiva de Crockett Island y guardiana de la iglesia, todo lo que se refiere a la sangre y el cuerpo de Cristo es literal. Pero muy literal. Pongamos Juan, 6:54: «El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final». En Misa a medianoche, probablemente la serie de terror más importante del año , todo lo que mencionan las sagradas escrituras puede tener perfecto sentido dentro de un esquema vampiro de la vida y la muerte. Efectivamente: hablamos de la biblia según Drácula. Si lo piensas, tiene su lógica (su lógica literal), pero comprobar en la ficción este ajuste demoníaco resulta escalofriante. ¿Una religión vampira? Si lo piensas, no es tan raro.

En Misa a medianoche nos sumergimos en la decreciente y decrépita comunidad de Crokett Island, una isla de apenas un centenar de habitantes que vive a duras penas de la pesca. Lo que a primera vista parece un vecindario convencional, muy pronto va dejando ver ciertas notas discordantes: un sheriff musulmán que no parece tener ninguna autoridad, una sacristana que opera como la jefa de todo y un sacerdote recién llegado y muy carismático. Muy pronto, gracias a su lectura tergiversada y emotiva de la biblia va convirtiendo las misas en todo un espectáculo: da verdadero miedo comprobar cómo cierto dominio de la retórica y una brújula moral estropeada puede convertir a un grupo de fieles bienintencionados en un rebaño de acólitos adictos y dispuestos a todo. El fanatismo es la gasolina del terror en Misa a medianoche y no tanto los vampiros . De hecho, no los verás aparecer claramente hasta el capítulo cuatro. Sé paciente porque la serie, a partir de aquí, empieza a coger verdadera velocidad.

La serie plantea cuestiones filosóficas y morales de calado (muerte, culpa, redención), pero puedes quedarte tranquilamente en el nivel entretenimiento y disfrutarla sin problemas. Incluso puedes buscar las referencias a El misterio de Salem's Lot, El exorcista o La niebla. De hecho, hasta puedes leerla como una historia de amor imposible gracias a un giro final (al fin y al cabo, romanticismo y vampiros van de la mano), que introduce una dimensión rosa al conjunto. Una pena el final reconfortante, porque su retrato de cómo el poder vampiriza a los más vulnerables termina diluyéndose un poco. Parece que el creador de Misa a medianoche, Mike Flanagan (La maldición de Hill House) se inspiró en su propia experiencia como monaguillo cuando tenía 10 años, en una iglesia católica en Governor's Island (Nueva York). Ahí ya vio que algunas misas las carga el diablo.