Su autobiografía se llama 'Perdón si no hablo de mí' (2005) y, pese a ese título, Mila Ximénez se volcó en toda su rabiosa expresión en las páginas de un libro que fue superventas. No tiene nada de raro: Ximénez vivía desde hace años en la élite de la televisión rosa por llevar al límite las contradicciones del ser humano. Generosa máxima con sus amigos pero una enemiga temible con quien se enemistaba , lo suyo siempre fueron los extremos, el todo o nada, la tragedia o lo descacharrante. Y lo sirvió casi siempre sin filtros en el 'prime time' de Telecinco , la cadena donde ha desarrollado su carrera durante las últimas décadas, hasta el día de hoy, que ha fallecido a causa de un cáncer de pulmón .
Mila pasó del exceso de 'Crónicas marcianas' (2004) a la exigencia confesional de ese 'reality show' encubierto que es 'Sálvame' con la misma entrega de sí misma: honestidad total. Y siempre con una inteligencia y un sentido del humor que la colocaba por encima de cualquier otra colaboradora de televisión. Tenía que triunfar en la telerrealidad (en 'Supervivientes', en 'Gran Hermano') porque, a diferencia de tantos, ella era siempre ella.
«Yo soy un personaje que se ha conformado a base de ser un poco de todo lo que se dice. Soy disciplinada y vaga. Golfa y disciplinada. Adicta a muchas cosas pero sin ninguna adicción. Hago lo que me da la gana. Nunca he traicionado a nadie«, contó en la presentación de su autobiografía. «Me ha venido tan bien escribirlo… No sabía que tenía tanto odio y rabia acumulada, tantos recuerdos que me hacían daño», explicó. «¿Qué odias, Mila?», le preguntaron entonces. «Al miedo que he tenido durante mucho tiempo a lo que decían de mí, a lo que se inventaban. Miedo a que cuenten si soy cocainómana, lesbiana, bebedora, fumadora. Eso me ha agarrotado durante mucho tiempo. Ahora sé lo que soy y me agarro a eso. Soy todo lo que se ha dicho y nada de lo que la gente cree«, contestó.
«¿Cómo te las has arreglado para rodearte siempre de personas tan poderosas?», inquirió alguien más. «¿Dónde estaban cuando los necesité?», respondió ella. «En ningún sitio. He tenido hombres canallas que son los que han compartido mi cama conmigo. A esos los tengo. Siempre me he rodeado de golfos y de canallas, excepto el padre de Alba [Manolo Santana, padre de su hija]. Pero él tampoco estuvo conmigo en muchos momentos. Este libro es una terapia. He contado con amargura que he sufrido conmigo».
El primer amor de Mila Ximénez fue un médico casado con el que huyó, a los 18 años, de Sevilla a Madrid. Imposible oficializar: aún estaba vivo Franco y no había divorcio. «Yo aguantaba porque no tenía realmente dónde ir», reconoció décadas después en 'Gran Hermano VIP'. Tras nueve años de relación, llegó Manolo Santana y esta vez sí hubo boda (en 1983), con Adolfo Suárez, presidente del gobierno, como padrino. Permanecieron juntos solo tres años, con infidelidades por ambas partes. «Ambos veníamos de dos rupturas muy complicadas. Ninguno de los dos estábamos preparados para una nueva relación», admitió más tarde la colaboradora.
Vídeo. Fallece Mila Ximénez víctima de un cáncer a los 69 años
Joven, guapa y divorciada en la chispeante Marbella de la jet set, Mila se entregó a la vida de soltera y a Antonio Arribas, playboy y amante recomendado por Carmen Ordóñez y Lolita. «Me encontré con un mundo tóxico, amoral e inmoral. Mi vida se convirtió en una noria de fiestas y excesos. Era y es una gente que tiene unos códigos de conducta donde no habría encajado nunca. Ellas lo que tienen muy claro es que su forma de vivir depende de una gran casa, un marido importante y una sociedad que las cubra. A mí esto me aburre mucho».
Fue una época sentimentalmente agitada y sin estabilidad. La sensación de fracaso, las adicciones, la toxicidad de sus relaciones y los problemas económicos desembocaron en una ruina personal y material tal, que tuvo que renunciar a la custodia de su hija Alba, nacida en 1984, durante toda una década. «Me iba a la Puerta del Sol y vendía plata, pieles, lo que tenía», recordó en varias entrevistas Mila. «Estaba tan mal de dinero que prácticamente vivía dentro de un coche«. La colaboradora admitió que fue una década en la que deambulaba de un lado a otro, sin rumbo. »Por suerte, salvé la niñez de mi hija y ella la recuerda con mucha felicidad, con mucha paz. Eso me compensa. Y lo volvería a hacer. Si mi hija Alba no hubiese estado, la vida me hubiera llevado a no seguir viviendo«.
Se relacionó a Mila Ximénez con hombres tan dispares como José Sacristán; Julián Lago, el periodista y presentador del mítico programa de televisión 'La máquina de la verdad', el actor Pepe Sancho, el empresario marroquí Rafael Aguilera, el oscuro abogado Emilio Rodríguez Menéndez... Tuvo una noche de pasión con la todopoderosa Encarna Sánchez, su jefa en la radio entre 1985 y 1987, mala consejera en una operación inmobiliaria que acrecentó sus deudas.
En contrapartida, gracias a 'Directamente Encarna' Mila tomó contacto con la última gran generación de folclóricas, incluida Isabel Pantoja, y se convirtió en una hábil entrevistadora. Durante un año publicó en el diario ABC la sección semanal 'Café con Mila Santana', donde entrevistó a Cayetana de Alba, Leonard Cohen, Plácido Domingo, Terenci Moix, Antonio Asensio, José María García, Miguel Bosé, Pedro Almodóvar, José María Ruiz-Mateos, Carmen Sevilla…
No sabemos realmente si Mila Ximénez tuvo suerte en el amor, pero sí fue afortunada en lo familiar. De hecho, contó siempre con el apoyo de su hija Alba, madre de dos pequeños y el puntal absoluto de su bienestar emocional junto a sus padres Manuel y Nicolasa, fallecidos en 2008 y 2009, y sus tres hermanos, Concha, Manolo y Nani. Precisamente Manolo fue una de las personas que dio un paso adelante para sostenerla, también públicamente como defensor de su actuación en los 'realities'. «Pensé muchas veces en suicidarme. Mi hermano vino una vez a Marbella a recogerme porque le dije que no quería vivir. Llegó a las 3 de la mañana a mi casa y yo ya estaba inconsciente», confesó Mila sobre sus momentos marbellíes más penosos.
También contó con el afecto incondicional de su familia elegida en Telecinco que forman su familia elegida: el director de varios programas de Telecinco Raúl Prieto; Alberto Díaz, director de 'Sálvame'; la colaboradora Belén Rodríguez, el estilista Pablo Mallavia o Jorge Javier Vázquez. Fue precisamente Prieto el que, en 2003, la rescató de aquella ruina sostenida y le dio trabajo y la oportunidad de reconstruir su relación con su hija. «Raúl Prieto me salvó. Me llamó para ofrecerme colaborar en 'Aquí hay tomate' y me cambió la vida. Luego llegó 'Crónicas Marcianas' y todo fue mucho mejor. Pude recuperar a Alba», confesó Mila durante su paso por 'Gran Hermano VIP'.
Durante su larga etapa en televisión, Mila Ximénez fue forjando un personaje que le venía como anillo al dedo: polémica, mordaz, sin pelos en la lengua. Pudo por fin sacar partido a su experiencia como miembro de la jet set y a su relación personal con muchas folclóricas y famosas, sobre todo con Encarna Sánchez e Isabel Pantoja. El enfrentamiento con esta última fue épico y terminó en los tribunales. Cuando la describió como una mujer «rara, siniestra, extraña, oscura» se ganó una viralidad 'avant la lettre' inédita. Se reconciliaron y volvieron a las andadas varias veces, con Ximénez posicionándose finalmente como portavoz de las reclamanciones sentimentales económicas de Kiko Rivera, hijo de la artista.
Mila tuvo enfrentamientos judiciales con Carmen Lomana (con una sentencia en su contra de 60.000 euros) y agrias polémicas con el torero Jaime Ostos, el periodista Pipi Estrada o su compañero Kiko Matamoros y su ex mujer Makoke. En su último destino, el programa 'Sálvame'' fue la capitana del llamado 'eje del mal': no tenía compasión, casi siempre con los más fuertes. En junio de 2020, ante millones de espectadores, Mila Ximénez desveló que tenía cáncer de pulmón. «Estoy jodida, asustada y tengo ganas de contarlo. Me dicen que vamos a conseguirlo, aunque sea difícil», dijo. Y aunque ya no esté entre nosotros, siempre la recordaremos por su honestidad y valentía.
20 de enero-18 de febrero
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