Los true crime, o series basadas en crímenes reales, están de moda. No hay más que ver el éxito que tuvo en su momento la docuserie sobre el crímen de Alcasser o, más recientemente, la producción basada en el caso Wanninkhof desde el punto de vista de Dolores Vázquez, la que fuera acusada de forma injusta por la sociedad (y por la policía). Así, hoy llega a nuestras pantallas American Crime Story: el caso Lewinsky, la tercera parte de la antología de Ryan Murphy que se centra en cada temporada en un caso real y mediático de Estados Unidos con el que se explora cómo era la sociedad en ese momento. 

Bill Clinton, el entonces presidente de los EEUU, aparece en todas las televisiones apoyado por su esposa pidiendo disculpas públicas por haber mantenido una relación extramatrimonial con Monica Lewinsky, una becaria de 22 años de la Casa Blanca. Nos encontramos en 1998 y toda la sociedad entiende a ese pobre hombre arrepentido, seducido por una pérfida mujer con ansias de poder, a la que vapulean y ridiculizan todos los medios de comunicación. Que Clinton ya hubiera sido acusado de acoso sexual con anterioridad no importaba, lo único relevante era ese arrepentimiento masculino y esa culpable que todavía conservaba el vestido con las pruebas de lo sucedido. ¿Por qué iba a guardarlo si no para chantajear al Presidente, oh mala mujer?

Más de 20 años después, la vida ha cambiado mucho afortunadamente y por fin se puede escuchar el punto de vista de la verdadera víctima de todo aquello: Monica Lewinsky. Ryan Murphy ha dedicado la tercera temporada de su antología American Crime Story a este caso contado a través de los ojos de las tres mujeres implicadas en el escándalo: Monica Lewinsky, Linda Tripp (empleada pública del Pentágono que grabó sus conversaciones privadas con Lewinsky y destapó el escándalo) y Paula Jones (funcionaria de Arkansas que acusó a Clinton de acoso sexual cuando era gobernador del estado).

Por fin, Lewinsky puede contar su historia, ya que Ryan Murphy ha contado con ella como productora, por lo que podemos asegurarnos de que su mensaje está plasmado en el proyecto. Ella misma confesó en una entrevista concedida a Variety que en el episodio en el que el FBI interroga a la becaria: «Lloré al final del capítulo. Creo que este episodio será realmente importante por las polémicas sobre justicia social que se han mantenido durante el último año. Soy una persona blanca privilegiada y para mí fue muy extraño experimentar esa situación».

La serie está basada en el libro de Jeffrey Toobin A vast conspiracy, que detalla la historia del escándalo sexual de Bill Clinton con la entonces becaria de la Casa Blanca, Monica Lewinsky, y el proceso de revocación del mandato contra el presidente en 1998. El elenco está encabezado por Beannie Feldstein como Monica Lewinsky; Clive Owen es el entonces presidente, Bill Clinton; Edie Falco se pondrá en la piel de Hillary Clinton, la primera dama; y a Sarah Paulson la veremos como Linda Tripp. Entre los secundarios están Annaleigh Ashford, como Paula Jones; Billy Eichner será el periodista Matt Drudge; y Cobie Smulders interpreta a Ann Coulter, tertuliana y autora de extrema derecha.

Si estás suscrito a la plataforma de streaming  ATRESplayer PREMIUM seguro que ya has visto los dos primeros episodios, pero si no cuentas entre sus abonados, ahora podrás verlo en abierto en La Sexta. Una historia que merecía ser contada.