Adiós a Las edades de Lulú: muere la escritora Almudena Grandes a los 61 años a causa de un cáncer

Almudena Grandes saltó a la fama gracias a su novela Las edades de Lulú en 1989. «Yo empecé a escribir cuando era muy pequeña, con 9 o 10 años, así que mi primera novela la escribí en el 88, entra dentro de los 80. Pero en los primeros 80, en los años tremebundos, lo que hacía era salir», decía la escritora en una entrevista en Cadena SER sobre sus inicios. Hoy Almudena, que no solo era un referente en la literatura sino también en la actualidad y en los sucesos políticos, ha fallecido a causa de un cáncer que le diagnosticaron hace dos años, pero compartió con sus lectores en la columna que escribía hace tan solo algunas semanas.

Nació en el Madrid los sesenta, (el 7 de mayo) en el barrio de Chamartín. Sus primeros pasos en el mundillo literario los dio escribiendo textos para enciclopedias. Se había lincenciado en Geografía e Historia, pero desde pequeña había guardado una intimidad especial con la literatura. Intimidad y, también conexión, que desarrolló durante 40 años con sus colaboraciones para el diario El País, sus novelas, cuentos y sus intervenciones políticas y sociales en la radio. Vivió con intensidad los años 80, la Movida madrileña. Las calles de la capital se convirtieron en su escenario, en su casa y de esa experiencia nació su primer éxito, donde plasmó el ímpetu y las vivencias de lo que había sido esa etapa para ella: Las edades de Lulú, (1989).

La obra ganó el XI Premio La Sonrisa Vertical y se impuso como su estreno estelar. Personajes fuertes, erotismo y sentimientos encontrados fueron los ingredientes del triunfo de sus páginas que Bigas Luna adaptó al cine. Almudena comenzó entonces a experimentar la vida que siempre había querido tener, su primera novela se la regaló y como solía decir, «nunca podré saldar esa deuda».

Después de Las edades de Lulú llegaron Te llamaré viernes, Malena es un nombre de tango, Atlas de geografía humana, Los aires difíciles, Castillos de cartón, El corazón helado y Los besos en el pan títulos a los que siguieron los cuentos Modelos de mujer y Estaciones de paso. En los últimos años ha destacado en su obra Episodios de una guerra interminable, una historia dividida en seis novelas, de las que solo se han editado cinco y que cuenta episodios de la resistencia antifranquista durante la Guerra Civil.

Sin embargo, Almudena siempre se caracterizará por plasmar los años 80 en un Madrid convulso, lleno de incongruencias pero también de luz. Lo hizo en Las edades de Lulú, pero también en Castillos de Cartón, (2004) novela en la que cuenta cómo la pérdida de la inocencia convivía en cierta armonia con los excesos de la Movida:«Estábamos en 1984 y teníamos veinte años, Madrid tenía veinte años, España tenía veinte años y todo estaba en su sitio, un pasado oscuro, un presente luminoso, y la flecha que señalaba en la dirección correcta hacía lo que entonces creíamos que sería el futuro. Aquel fue nuestro riesgo y nuestro privilegio». Justo ahí era donde se producía la magia en la narrativa de Almudena: un estilo claro, directo y con historias que evocan los romances más tórridos y pasionales, que se vivien con otro ímpetu y cobran otro color cuando se echa la vista atrás. La historia fue llevada al cine en 2009 y la protagoniza Adriana Ugarte.

Aunque todas sus obras tienen mucho que ver con las vivencias de Almudena, quizás Malena es un nombre de tango es la que más coincide con la realidad que vivió la autora, «Siempre he dicho que Malena es mi novela más autobiográfica, porque esa sensación que tiene Malena cuando es pequeña de que ella no es suficientemente buena para ser niña, y que le iría mejor siendo niño la he tenido muchas veces«, explicó cuando salió a la venta la obra.

Casada con el también poeta y director del Instituo Cervantes Luis García Montero, Almudena siempre utilizó su popularidad para hablar de causas políticas y defenderlas, y defender también, como buena madrileña, a su querido equipo de fútbol, el Atlético de Madrid. Además de su faceta como escritora colaboraba en el programa de radio Hoy por Hoy con una columna semanal y en el diario El País, donde anunció que padecía cáncer y que se lo diagnosticaron en una revisión rutinaria.

Hoy su querido Madrid es algo menos luminoso de lo que era en los ochenta sin su presencia.