Juego de tronos: las mujeres toman el poder de las grandes empresas de moda

«Si no se incluye a las mujeres en las estructuras de poder , ¿no es necesario redefinir el poder?», se pregunta la académica inglesa Mary Beard en su manifiesto Mujeres y poder, en el que reflexiona sobre la voz pública femenina desde la antigüedad hasta el presente. Esa tarea es la que están realizando, precisamente, las cuatro compañías de moda a precios asequibles más grandes del mundo. H&M, GAP e Inditex, en este orden, han ido situando a mujeres en la dirección general de cada consejo de administración en estos últimos dos años.

La siguiente en hacerlo será, tal y como adelanta su actual CEO Tadashi Yanai, Fast Retailing -cuya firma más conocida es Uniqlo-, ahora que, con 73 años, ve cada vez más próxima su retirada al frente de la compañía.

La industria de la moda ha estado tradicionalmente orientada al público femenino. Es suficiente con repasar las colecciones para descubrir que a ellas se dedica mucho más tiempo y recursos. La razón de que no haya estado liderada por mujeres solo atiende a la hegemonía masculina en el mundo laboral, y no tanto a la preparación de las profesionales. Marta Ortega , de 38 años e hija menor del fundador de Inditex, Amancio Ortega, es un buen ejemplo. Lleva más de 20 años preparándose para el puesto que Pablo Isla -CEO del conglomerado que agrupa firmas como Zara, Oysho, Massimo Dutti o Bershka durante 17 años- abandona el próximo 1 de abril.

«Conoce muy bien la empresa y es muy buena noticia que pase a ser presidenta», aseguró Isla al conocerse la noticia. A Ortega le avalan su labor al frente de Zara Woman, las campañas con fotógrafos de renombre como Steven Meisel, Peter Lindbergh o Mario Sorrenti, y haberse convertido en una figura habitual en los desfiles y presentaciones de las grandes firmas de lujo. Estas y otras ocasiones, como las competiciones de hípica, son las que aprovecha para promocionar Zara, combinando sus prendas con otras de alta moda. Y siempre acompañada por su marido, Carlos Torretta, y sus hijos, Amancio (9 años) y Matilda (2).

El testigo que recoge Marta Ortega no es ninguna nimiedad: Inditex es la firma más grande del sector, con una facturación de más de 19.000 millones de euros desde enero a octubre de 2021 y cerca de 140.000 empleados en todo el mundo, de los cuales 40.000 se encuentran en España. Muy de cerca le sigue la sueca Helena Helmersson, de 49 años, máxima responsable del grupo H&M desde 2020, cuando sucedió a Karl-Johan Persson, nieto del fundador de H&M (1947). Además de la firma homónima, comprende otras como Cos, & Other Stories, Weekday o Arket, y cuenta con más de 100.000 trabajadores en todo el mundo -cerca de 4.000 en España-, y una facturación de más de 18.800 millones de euros entre diciembre de 2020 y agosto de 2021.

Entre sus principales objetivos, señala un cambio de estrategia para asegurar el crecimiento y respetar los compromisos de sostenibilidad que está asumiendo. Helmersson ha convertido a la empresa en líder del sector en respeto al medio ambiente. «Ser grande conlleva una gran responsabilidad, pero creo que podemos influir en que se produzca un cambio en la forma de fabricación», reconocía en una entrevista reciente. Su apuesta por los tejidos reciclados ha hecho que bajen su precio en el mercado, haciéndolos asequibles para otras firmas.

La historia de GAP es diferente a la del resto de compañías por un motivo: una mujer, Doris Fisher, cofundó la empresa en 1969 junto a su marido, con la firme convicción de que la igualdad de salario y condiciones laborales entre hombres y mujeres era un principio irrenunciable. La actual dirección continúa ese espíritu y apuesta por la mejora de los derechos laborales: sus estudios corroboran que, a mejores condiciones de los empleados, mayores son los beneficios que reportan anualmente. Está liderada desde 2020 por Sonia Syngal (India, 1970), que llegó a GAP en 2004 y se convirtió en presidenta de Old Navy en 2016. Bajo su mando está esa firma, pero también Banana Republic, GAP, Piperlime y Athleta.

Cuenta con más de 100.000 empleados y, aunque con una facturación más modesta que la de las anteriores, el grupo convierte a Syngal en la tercera mujer más poderosa del fast fashion.

«Es un trabajo más adecuado para una mujer. Son perseverantes, se concentran más en los detalles y tienen un sentido estético mayor», aseguraba Tadashi Yanai, el CEO de Fast Retailing, en 2019, al portal de noticias Bloomberg, sobre el futuro de su empresa. Una revelación sorprendente atendiendo al hecho de que sus dos hijos son varones y trabajan en la compañía. A pesar de la arraigada cultura patriarcal que impera en Japón, ninguno de ellos parece que heredará la dirección de la empresa. El cambio pendiente en esta compañía se ha retrasado por razones culturales.

El Índice Global de la Brecha de Género valoraba a Japón en el puesto 121 del mundo en 2020 -España ocupaba el octavo lugar-, y el informe del FMI de 2019 recriminó a su Gobierno por « no avanzar en la igualdad de género». Yanai siempre fue pionero en su país y, por ahora, sus intenciones apuntan a que también lo será en este sentido. Resuena como sucesora Maki Akaida, administradora de operaciones de Uniqlo en Japón desde 2019. Su decisión, y el camino por el que continúen estas empresas, servirá como referente y acelerador para otras de menor escala. La cuestión de género ha pasado a ser cuestión de tiempo.