Nora Ephron posando en el Barrymore Theatre de Nueva York en 2002. /
La Feria del Libro de Madrid ha cerrado sus puertas hasta el año que viene y entre los libros que más se veían en las casetas estaban los del último fenómeno literario como es Maggie O'Farrell , el último premio Pulitzer, Fortuna, de Hernán Díaz y la que, años después de publicarse sus libros, se ha convertido en la escritora de moda en España, Nora Ephron. La guionista de las mejores comedias románticas de los 90 que estuvo casada con Carl Bernstein e hizo de su divorcio una novela.
Tras el éxito de No me acuerdo de nada, con más de quince mil ejemplares vendidos, Libros del Asteroide acaba de publicar otro de sus mejores libros, No me gusta mi cuello. Una obra en la que comparte los recuerdos de toda una vida y reflexiona sobre diversos temas con su inconfundible estilo.
«No logro entender que alguien pueda escribir ficción cuando que ocurre en la vida real es tan asombroso», reflexiona en uno de los capítulos de No me gusta mi cuello Nora Ephron. De lo que tal vez no era consciente la escritora y guionista es que el asombro que produce la vida real es más seductor cuando alguien tiene la capacidad de contarla como ella lo hace.
Publicado en 2006 y convertido en un clásico contemporáneo, el nuevo lanzamiento de Libros del Asteroide comienza con la reflexión que da nombre al libro para seguir reflexionando sobre su bolso, la historia de amor que vivió con su piso en el Apthorp, un edificio que nos recuerda al lugar en el que se ambienta Solo Asesinatos en el edificio , sus relaciones sentimentales o la crianza de sus hijos.
«Por ahora me ocuparé únicamente de la rutina, de las cosas que hay que hacer a diario para no parecer una persona a quien ya le da todo igual», comenta antes de dedicarle varias páginas a reflexionar sobre los cuidados y el tiempo que las mujeres debemos dedicar a nuestro pelo, la piel o el ejercicio. Un capítulo que se complementa a la perfección con sus pensamientos sobre lo que, inevitablemente, supone cumplir 60 años.
Ephron también relata en No me gusta mi cuello la anécdota de instituto que le llevó a querer ser periodista, una profesión que en los años 60 estaba vetada a las mujeres en algunos medios. La serie de Amazon Prime Video Good Girls Revolt recoge la demanda colectiva de la que formó parte la escritora y guionista por discriminación sexual contra Newsweek. Allí le dijeron que no contrataban a mujeres para escribir y tuvo que aceptar un puesto de cartera.
Pero su visión de la vida en Nueva York, su análisis del famoseo de la época y su afilada pluma a la hora de analizar lo que suponía ser mujer no tardó en encontrar espacio en los mejores medios. Hasta que a mediados de los 70 reescribió un guión de Todos los hombres del presidente, junto a su entonces marido y protagonista del hecho real en el que se basa, el Watergate, Carl Bernstein. El libreto no fue el que se llevó a la pantalla, pero le sirvió para que en la industria también fuesen conscientes de sus cualidades literarias.
En 1984, con su primera película, Silkwood, fue nominada al Oscar al mejor guión original junto a su compañera en la labor, Alice Arlen. Y escribió el libro que luego daría lugar a su segunda película, que, como relata en No me gusta mi cuello, en realidad era una ficción sobre su experiencia matrimonial con Bernstein y su reciente divorcio.
« Transformo en hámsteres a los gatos de mi primer marido, cambio al embajador británico por un subsecretario de Estado y pongo barba a mi segundo marido», comenta Ephron en No me gusta mi cuello sobre Se acabó el pastel. Reeditada por Anagrama el pasado noviembre, esta novela en clave está protagonizada por una escritora de libros de cocina casada con un periodista político que ve cómo, embarazada de siete meses, él está enamorado de otra.
Tan hilarante como amarga, con esta novela Ephron demostró que la literatura también estaba entre sus habilidades, aunque su especialidad siempre fue alejarse de las transformaciones y cambios para hablar de su vida tal cual era. Y con Meryl Streep en el papel de Rachel, su alter ego en la novela, y Jack Nicholson como Mark, es decir, Carl Bernstein, su peculiar historia de desamor se convirtió en una película.
Cuando pasó el dolor por la ruptura, Ephron, afortunadamente, eliminó el desamor en sus historias para, en los años posteriores, firmar algunas de las comedias románticas más míticas del final del siglo XX. Cuando Harry encontró a Sally, Algo para recordar o Tienes un email, estas dos últimas también las dirigió, forman parte de la educación sentimental de millones de personas. Al igual que su inconfundible pluma inspiró a un sinfín de mujeres que aprendieron que era posible ser una misma y tener una voz propia a pesar de los obstáculos y las convenciones de la época.