Si eres lectora, seguro que no tenemos que presentarte a Julia Navarro, una de nuestras autoras superventas favoritas. Sí, sus historias tienen millones de lectoras, pero no porque sean entretenimiento fácil, al contrario. Son una obra de orfebrería en la que todas las piezas encajan para provocarnos verdadera adicción. El mejor ejemplo puede ser 'Dime quién soy' (2010), un apasionante paseo por la historia de Europa en el siglo XX que vendió más de un millón de copias en 18 países. No es extraño que se convirtiera en serie gracias a Movistar y con Irene Escolar como protagonista. Y tampoco nos extrañaría que «De ninguna parte», su octava novela, también llegara a la televisión.
«De ninguna parte» es ambiciosa. La novela reflexiona sobre la fenómeno del terrorismo desde múltiples ángulos: cómo las circunstancias vitales condicionan para llegar a una banda armada o el tratamiento de los atentados por parte de los medios de comunicación. Los protagonistas son dos hombres trágicamente unidos por un atentado. Uno es Abir Nasr, quien en su adolescencia presencia el asesinato de su familia durante una misión del ejército israelí en el sur de Líbano y jura que perseguirá a los culpables durante el resto de su vida. El otro es Jacob Baudin, uno de los soldados que han participado en la acción mientras cumplía con el servicio militar obligatorio, enfrentándose al dilema de luchar contra enemigos que no ha elegido.
Las vidas de Abir y Jacob se vuelven a cruzar años más tarde en Bruselas, bajo el humo de las bombas con las que El Circulo, una organización islamista, siembra el terror en el corazón de Europa. Viajaremos a Molenbeek, el barrio donde pobreza, radicalismo e islamismo se dan la mano, para vivir una alerta terrorista digno dela serie 'Homeland'. Mossad, CIA, Servicio de Inteligencia dela OTAN, Centro de Inteligencia de la Unión Europea… El espionaje internacional tendría que parar un atentado brutal. Aunque cnociendo a Julia Navarro, seguro que no ocurre nada de lo que imaginamos.