Fundación promete ser más inquietante que Juego de tronos: lo que Asimov imaginó en los años 50 se empieza a cumplir hoy

Puede que sea la ficción más esperada del año, con permiso del 'Dune' de Villeneuve que ya está arrasando en los cines. Fundación, la serie de Apple+ que lleva al 'streaming' el clásico de Isaac Asimov, se anuncia con la ambición de un 'Juego de tronos' galáctico. Esa es una de las razones por las que resulta difícil hacerse fijar una impresión general sobre la primera temporada de la serie: ya sabemos que es te esfuerzo está proyectado en ocho temporadas y 80 episodios, con lo que es imposible no tomarse esta primera tanda como una especie de gran piloto. Una cosa es cierta: el primer episodio pone ya en juego las armas de seducción de un título llamado a convertirse en clásico: el primer impacto de 'Fundación' es apabullante.

https://www.youtube.com/watch?v=4vDZ_SyEHAA

Si 'Downton Abbey' sintetizó como ninguna otra serie el placer estético de lo victoriano (los vestidos de época, las delicadas vajillas, las mansiones interminables), 'Fundación' logra lo mismo con el imaginario galáctico. La inventiva desplegada en los escenarios planetarios, el vestuario, las naves, las ciudades, los seres no humanos supone un disfrute de la mirada total. Recordemos que 'Fundación' fue inspiración directa para el Imperio y la República de la saga de 'Star Wars', la franquicia de George Lucas. Eso sí: Asimov no quiso contar la destrucción de los mundos como una película de acción, sino a través de un relato complejísimo, en el que constantes saltos en el tiempo impiden una narración lineal y donde la acción tiene más que ver con la intriga política, las ideas científicas y la reflexión filosófica. Convertir este clasicazo de la ciencia ficción en una serie de entretenimiento no ha debido ser nada fácil. De hecho, hasta la fecha era considerado un imposible.

«Las novelas de Asimov trabajan primordialmente con ideas», ha confirmado David S. Goyer, guionista de 'Blade' o 'Batman Begins'. «No hay mucha acción en los libros y hay eventos enormes e importantes que ocurren fuera de las páginas, entre capítulos. Para la serie necesitábamos algo de acción. Así que la mejor manera de imaginar esta adaptación es como si se tratara de un remix: empleamos todos los temas y conceptos básicos de 'Fundación', con muchos de los personajes originales, pero los remezclamos. Para esta primera temporada nos concentramos fundamentalmente en el primer libro, aunque también incorporamos elementos y personajes presentes en las precuelas y secuelas, presentando la historia bajo el prisma de hoy en lugar del de los años 50».

Asimov escribió siete libros para desarrollar 'Fundación', aunque los más populares fueron los de la trilogía central, 'Fundación', 'Fundación e Imperio' y 'Segunda Fundación', publicada en 1951. La trama gira en torno a Hari Seldon (Jared Harris), creador de la psicohistoria, una ciencia matemática y estadística capaz de predecir acontecimientos sociales con exactitud. Estamos en el año 11.988 de la Era Galáctica y la religión no ha sido, ni mucho menos, desalojada del sistema de creencias de la humanidad. De hecho, Seldon es considerado un gurú y su influencia amenaza el gobierno de los Cleons, una dinastía integrada por una sola persona, clonada infinitamente. El emperador Cleon ocupa el trono de Trantor, un planeta-ciudad en el centro el Imperio, en forma de trío: una versión joven, otra adulta y otra anciana del mismo tirano.Es su permanencia en el poder la que comienza a verse contestada y desata la trama de 'Fundación'.

Una diferencia importante entre la saga narrativa y esta versión audiovisual tiene que ver con los personajes femeninos, destinados frecuentemente a la estimulación sexual en el original de Isaac Asimov. El escritor no solo respondía a la cultura misógina de la época, sino que se dejaba llevar por una lascivia notable en su escritura de los personajes femeninos. De hecho, le llamaban «el hombre de las mil manos» y varias escritoras, editoras, traductoras y lectoras han contado cómo se abalanzaba sobre ellas hasta forzar besos con lengua. En la serie de Apple+ han dado la vuelta a su proverbial sexismo y han convertido a dos mujeres en heroínas. Aún así, los romances quedan siempre entre forzados y anacrónicos: han metido con calzador los usos románticos del siglo XX en un futuro muy muy lejano. También es inexplicable que uno de los personajes femeninos lleve, en el año 12.000, un sujetador.

«En la ciencia ficción de aquellos años las mujeres tendían a ser seres auxiliares y en 'Fundación' prácticamente no hay personajes femeninos», ha explicado Goyer. «Por lo tanto, cambiar el sexo de algunos de los protagonistas nos parecía un movimiento lógico y obvio. Otro cambio respecto de las novelas es la visión más inclusiva de la raza humana que habita la multitud de planetas de la galaxia. Por miles de años, la tierra ha sido regida casi exclusivamente por hombres. Al adaptar 'Fundación' imaginamos que mucha de la gente que se opone al Imperio debía ser racialmente diversa». Atención a Lou Llobell, la actriz británica de padre español y madre zimbabuense que interpreta a Gaal Dornick, la aprendiz de Seldon.

Si en 'Juego de tronos' la fantasía y la violencia se comía al posible comentario político que pudiera traer la ficción a nuestra realidad, en 'Fundación' sucede todo lo contrario: los conflictos que impulsan la trama hablan, directamente, de nuestro mundo. Tenemos que subrayar la capacidad visionaria de un Asimov que se adelantó al descrédito de la ciencia y el antiinteletualismo de nuestro tiempo y que adivinó el poder para predecir (casi) todo que hoy persigue el algoritmo. El gobierno del sistema planetario por parte de una dinastía inamovible comenta sin disimulos la degeneración y el inmovilismo al que condenan los privilegios heredados. Y la manera en la que la población galáctica se refugia en los cultos religiosos, el fanatismo o la venganza apunta a otro de los grandes problemas actuales de Occidente: el fascismo.