La expectación es máxima ante 'Madres paralelas' , la vigésimo segunda película de Pedro Almodóvar . La crítica especializada ya ha advertido de que podemos estar ante una de las mejores cintas del director manchego, a la altura de 'Volver' (2006) e incomprensible sin la carta de ajuste de 'Dolor y gloria' (2019) . Algo apunta a que puede ser así: la reciente Copa Volpi a la Mejor Actriz que Penelope Cruz se llevó en la pasada Mostra de Venecia avanza que su interpretación es más que notable. 'Madres paralelas' entrelaza los destinos de dos mujeres, dos madres solteras que se conocen en el hospital horas antes de dar a luz, interpretadas por Cruz y la joven Milena Smit, la última adquisición de esa categoría que alguien bautizó como «chica Almodóvar». ¿Podemos seguir sosteniendo hoy un concepto así?
Si los críticos dicen verdad, puede que Pedro Almodóvar alcance sus obras mayores justo ahora que disminuye su figura, no tanto en cuestión de reconocimiento como de trascendencia real de sus películas. Para los millennials y centennials, para las jóvenes como Milena Smit, Almodóvar será un genio, pero no probablemente no alcanzan a imaginar la dimensión de semidios que el manchego llegó a tener en los años 80 y 90. Entonces, su leyenda de implacable castigador de actrices incluía, como contrapartida, un poder incontestable para convertir a nuestras esforzadas actrices en verdaderas estrellas, reunidas todas bajo la paternal categoría de 'chicas Almodóvar'. Por ella transitaron Carmen Maura, Marisa Paredes, Victoria Abril, Rosi de Palma o María Barranco. Hasta Penélope Cruz ha tenido el cartelito, aunque su brillante carrera internacional hizo que pasara de 'chica Almodóvar' a musa del director. Otra categoría ya impensable.
Hoy, ni un director como Almodóvar puede ya eclipsar el talento de unas actrices que son, ante todo, producto de su propio trabajo. Y si en la pantalla o fuera de ella salta la chispa del brillo de una estrella, ya no podemos atribuírselo al director, sino a un trabajo de mutua entrega. Pero no es esa la única razón por la que ya no podemos hablar de 'chicas Almodóvar' ni esperar que una sola de sus películas lance al estrellato a un talento más o menos novel, como Milena Smit.
Aunque Pedro Almodóvar se resista con uñas y dientes a aterrizar sus filmes en el 'streaming', lo cierto es que el cine ha perdido la centralidad cultural que tuvo el pasado siglo. Las estrellas del siglo XXI ya no aparecen solo en la gran pantalla ni se resguardan misteriosamente tras personajes de ficción, sino que pueblan smartphones y tablets y se desnudan literal y figuradamente en la autoficción de sus redes sociales. No son inalcanzables estrellas del cine sino productos multiplataforma disponibles 24 horas. Más trabajadoras que diosas.
20 de enero-18 de febrero
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