Pilar Blasco, CEO de Banijay Iberia: «La televisión está para provocar: no escándalos, pero sí́ debates o respuestas»

De MasterChef a La Caza Tramuntana. De La Isla de las Tentaciones a Boom. De Tu cara me suena a Amar es para siempre. De Gran Hermano a Viva la vida. Series, realities, magazines, concursos, talent shows... Horas y horas de televisión con audiencias millonarias. Gran parte del entretenimiento y la ficción que se produce y se disfruta ahora mismo en nuestro país llevan la firma de Banijay Iberia, el gigante audiovisual creado el pasado año gracias a la fusión de algunas de las productoras más importantes: Cuarzo Producciones, Diagonal TV, Endemol Portugal, Shine Iberia, Magnolia, Zeppelin, Gestmusic, Tuiwok... Al frente de él se encuentra la zaragozana Pilar Blasco, que entiende su trabajo y el del holding que dirige como un reto de apertura mental y creatividad. Empezó desde abajo, como redactora en Telemadrid, y hoy sigue consumiendo horas y horas de televisión al día. Por trabajo, pero también por placer.

Mujerhoy. Banijay ha fusionado las principales productoras del país. ¿Ha sido duro aunar las distintas sensibilidades, los organigramas empresariales, los sistemas de trabajo...?

Pilar Blasco. En España son ocho compañías, pero compartían ya una filosofía de empresa, unos valores. Ahora, bajo esta nueva marca, tenemos una apuesta por el emprendimiento. Lo que nos gusta es reunir talento a nuestro alrededor y, además, talento emprendedor que te lleve a sitios nuevos. Si no me equivoco, creo que son 4.000 programas y formatos en total, de los cuales 500 han tenido segunda temporada. Y hay dos que suman decenas de temporadas entre los dos, en sus diferentes formatos: Masterchef y Gran Hermano.

Son números que marean. Pero los formatos terminan por desgastarse...

Es el ciclo de la vida; todos se desgastan, pero estamos especializados en formatos de largo recorrido: las 30 de ediciones de Gran Hermano, las nueve de Tu cara me suena o los 10 años ininterrumpidos de Boom. Y se suman las ocho ediciones que lleva Amar en tiempos revueltos y las cuatro de La isla de las tentaciones, que es el último formato de éxito, pero eso, repito, es gracias a la creatividad de los equipos.

Precisamente La isla de las tentaciones es un formato rompedor y, además, en alza. ¿Imaginaba el éxito que ha tenido?

Venía precedido por un éxito internacional y varias ediciones en otros países, así que suponíamos que iba a ir bien, aunque en realidad esto nunca se sabe. Como buen reality, creo que su éxito radica en la experiencia humana. Nosotros somos grandes observadores... Nos fijamos en lo que hace el prójimo y nos identificamos con ello: Uy, si mi novio me hace esto; Uy, si mi novia me hace esto... Creo que se basa en la identificación y en lo más básico, que es el juego del amor: es lo que más nos toca.

¿Y no cree que hay también una mirada irónica, un tanto superior? ¿Es este un ingrediente más del éxito, una mirada crítica o ambas cosas?

Absolutamente. Es parte del éxito. Pero no creo que sea por la superioridad. La televisión tiene que verse siempre con una cierta dosis de ironía y un poquito de nivel crítico. Pero al poder compartir esa experiencia con tus amigos, con la gente de fuera en cualquier chat, en Twitter o donde sea, estás dando las claves del programa y los comportamientos humanos. Son los mejores vehículos de esa conversación social. De hecho, casi toda la conversación social gira en torno programas de televisión, si te das cuenta. Somos necesarios para esto, para que la gente se relacione, para que se echen unas risas y para que moralice también, porque de todo hay... Y está bien, es una parte importante del éxito. Los que nos dedicamos a televisión, desde luego, no estamos salvando vidas, pero sí hemos estado muy cerca de la gente en estos momentos tan difíciles. Ha habido equipos que se han jugado la vida haciendo un programa diario como Madrid directo o Viva la vida. También tenemos una importancia en la sociedad y estamos para entretener al personal todo lo que haga falta.

¿Hacia dónde van las tendencias de consumo audiovisual? Masterchef, por ejemplo, sigue triunfando, pese a que los programas de cocina pasaron de moda en otros países... ¿Estamos en la era de los bikini shows, esos realities de jóvenes con cuerpos esculturales que se emparejan, como La isla de las tentaciones, Love Island...?

Más que en ninguna otra temporada, viene una amalgama considerable. Hay muchos guessing shows (como Mask singer o Secret story), en los que tienes que averiguar una especie de enigma, y creo que estos seguirán. Y, efectivamente, los bikini shows están en alza: se están grabando varios actualmente. La isla de las tentaciones tiene también un spin-off muy interesante, La última tentación, otra vuelta de tuerca muy original. Pero también seguirán los talent shows: Masterchef, además de ser un programa de cocina, es un talent. Y ese género es inagotable. Piensa en Maestros de la costura: ahí hay una labor increíble, tanto los jueces como el casting son maravillosos. La gente que se presenta no quiere ser famosa, desea de verdad aprender y quizá ese sea su secreto. Ese, y que entretenga tanto un programa durante tres horas, claro. Por otro lado, estos programas influyen mucho en la dirección que cogen algunos jóvenes en su vida.

¿El público es más exigente, está más polarizado? ¿Todo vale en televisión ahora mismo?

Creo que no todo vale y el público no lo acepta todo. No sé si el nivel de exigencia ha variado, lo que sí sé es que te dan bofetones todos los días a las ocho de la mañana con las audiencias y piensas: “¿Cómo me he equivocado tanto?”. Somos de los pocos gremios sujetos todos los días a un examen... A mí eso me encanta, ojo, porque es un feedback y, de hecho, me gustaría tener más. Yo creo que las mediciones van a cambiar con toda la tecnología que hay...

¿No resulta arcaico el actual sistema de medición de audiencias con audímetros existiendo una tecnología digital más precisa?

Lo que hay que ganar es transparencia y mayor representatividad. Con los audímetros, no sabemos con precisión quién está viendo y quién no.

¿El mundo digital ha matado a la estrella de la tele o existe una convivencia feliz?

Nos necesitamos unos a otros. En Internet es donde está el público más joven, y a todos nos interesa hacer contenido para ellos. Y luego los jóvenes ven la tele y lo comentan en las redes. Todos somos parte del mismo ecosistema.

La gente joven no ve la televisión. El ritmo de Internet y redes atrapa más a los jóvenes...

[Interrumpe] Salvo que haya algo que les interese. Entonces, ya lo ven y lo consumen en una plataforma ajena para ellos, que puede ser la televisión en abierto, pero se lo llevan” a la suya. Consumen sus vídeos ahí; hablan de ello en otros canales y otros medios... Lo que no funciona es, por ejemplo, un programa para youtubers. Cuando se ha intentado, ha sido un fracaso.

Tras 21 años de Gran Hermano, ¿va a volver o quedó tocado y hundido tras el presunto abuso sexual de la concursante Carlota Prado en Gran Hermano Revolution?

Estamos trabajando ya en su vuelta. Cada experiencia vivida en la producción de programas ha sido un aprendizaje para Zeppelin y nuestra voluntad siempre es mejorar y gestionar cada situación de la mejor manera posible. Se han implementado nuevas medidas que, unidas a las ya existentes, permitirán una actuación más rápida y efectiva en el futuro ante la sospecha de un posible abuso sexual. Los hechos investigados fueron detenidos gracias a la intervención de la Súper, que estaba de guardia esa madrugada. Fue la dirección del programa quien decidió denunciarlos ante la Guardia Civil, en su afán por proteger a Carlota, quien estuvo en todo momento asistida por la dirección y el equipo de psicólogos. Siempre hemos obrado de buena fe y bajo el convencimiento de estar actuando correctamente en la protección de Carlota. De hecho, sus muestras hacia el equipo siempre fueron, mientras duró el concurso, de agradecimiento y cercanía. No obstante, lo cierto es que la opinión de Carlota sobre la forma en que la productora gestionó la situación es ahora diferente. Respetamos el cambio de opinión y reiteramos nuestra voluntad de apoyarla.

Se retiraron anunciantes, marcas que quisieron dar buena imagen... Es un programa querido y esperado por todo el mundo. La versión celebrity terminó con un 30% de share. La gente lo sigue, lo quiere y se lo daremos en cuanto estemos listos. A raíz de aquello, hemos redactado un protocolo contra el abuso sexual en entornos de alta visibilidad y lo hemos puesto a disposición de cualquier productora y cualquier cadena. Está redactado por dos profesionales independientes, especifica cómo identificar y cómo proceder, y lo hemos contrastado con la Federación de Mujeres Progresistas y con la Asociación de Mujeres Juristas Themis. Además, todos los empleados han recibido formación sobre violencia de género. Reiteramos nuestro firme compromiso y nuestra tolerancia cero con cualquier situación de abuso sexual, situaciones que lamentablemente aún se producen en nuestra sociedad.

¿Cree que los personajes de los realities han perdido la inocencia? Esta es la primera generación nativa de reality...

Ya conocen cómo funciona, pero cuando entran por esa puerta las defensas duran una semana. Las armaduras se reblandecen, te dejas llevar y al final eres tú. Afortunadamente, aunque ya sepan que todo se comenta en los platós, aún existe cierta inocencia.

Se sigue culpando a la televisión de la educación de la gente en pleno siglo XXI. No estamos para educar, pero es inevitable influir... La televisión, en cierto modo, está para provocar, no escándalos, pero sí debates o respuestas emocionales. Las series, las plataformas, Internet... Todo es contenido, es televisión. La televisión influye en la gente.

¿Nos impacta más lo negativo que lo positivo?

¡Totalmente! En los realities porque hay conflicto, pero en los programas en general también se puede poner el foco en campañas muy necesarias, por ejemplo la visibilidad LGTB. Los ganadores de la primera edición de La casa de tu vida [Juanma García y David Cereceda, en 2004] fueron una pareja gay. Ha habido mucha visibilidad e inclusión en el entretenimiento, en concreto, en los realities. Y en los talent igual... Gestmusic ha tenido migrantes y racializados: hay diversidad y nos gusta mostrarlo. El reto es que la inclusión sea total y que en los equipos de trabajo también haya diversidad.

Según Ana Rosa Quintana, las mujeres lideran en antena porque crearon sus propias empresas. Usted empezó desde abajo y lidera el mayor grupo audiovisual.

Ana Rosa es empresaria, yo no. Empecé de redactora en Inocente, Inocente y poco a poco he ido orientándome. Me atrae la creatividad: fui directora creativa de Zeppelin y he ido creciendo. No me he movido, pero todo se ha movido a mi alrededor.

Lo dice como si fuera algo casual y en absoluto lo es...

El que resiste, gana [ríe]. Hay que tener buen humor en todo. Nuestro gremio es una distorsión de la realidad: hay mucha mujer directora de programas y directora de empresa en las televisiones. No se dan casos de bullying, por ejemplo, por ser lesbiana... Al revés, es un paraíso en ese sentido.

¿Cuántas horas de televisión ve al día? ¡Muchas! Veo lo que hacemos nosotros y los demás.

Veo la tele porque me gusta, además de por trabajo.

¿En el despacho tiene tele?

Pues no, porque no puedo verla, si acaso veo los archivos en el ordenador. No te miento, las quité todas: antes era usual tener varias con distintos canales, pero no paso mucho tiempo en el despacho...

¿Encender la tele es lo primero al llegar a casa?

No, es dejar el bolso [risas], ver a la familia y hacer la comida, la cena o lo que toque... Y luego veo Tu cara me suena o La isla de las tentaciones.

¿Y programas de la competencia?

¡Claro! Son ante todo compañeros. Es muy sufridora esta industria. Nos conocemos todos y al final estamos todos juntos