Elisa Aguilar, la nueva jefa del baloncesto español que pone en evidencia a la Federación Española de Fútbol

«La chica que en agosto de 1990 se puso por primera vez la camiseta de la selección es hoy la presidenta de la Federación. Soy una mujer serena y agradecida por cómo ha transformado mi vida un deporte que no he abandonado. Aquella jugadora era idealista, quería cambiar el mundo. Todavía creo que desde el baloncesto se puede hacer un mundo mejor». El primer discurso de Elisa Aguilar al frente de la Federación Española de Baloncesto, tras ser elegida el lunes con 77 votos a favor y dos en blanco, no fue una declaración institucional al uso.

Tampoco era un momento institucional al uso. Por varios motivos. Primero, porque Aguilar es la primera mujer al frente de la institución en sus 100 años de historia. Segundo, porque también es la primera mujer al mando de una de las grandes federaciones deportivas en España. Y tercero, porque a nadie se le escapa que su nombramiento llega mientras la Federación Española de Fútbol todavía trata contener la desastrosa gestión de caso Rubiales . Y porque, en última instancia, retrata la cultura del baloncesto frente a la del fútbol.

«La FEB ha dado una lección de modernidad y de valentía, y se ha situado a la cabeza de las entidades deportivas de este país, eligiendo a una mujer para su presidencia. Un hito histórico que reconoce el papel de las mujeres en nuestro deporte y que marca el paso de la sociedad española, que a mí me concede una responsabilidad para la que estoy dispuesta y concienciada», explicó Aguilar en su discurso.

Aunque en su casa todos eran futboleros, Elisa Aguilar empezó a jugar al baloncesto con nueve años. Con 13, ya militaba en las filas del Canoe y, tres años más tarde, debutó con la selección española, con la que llegó a disputar 222 partidos como internacional y se colgó seis medallas.

Después de dos décadas de carrera deportiva, se retiró en 2013 tras proclamarse campeona de Europa con el combinado nacional, de haber logrado un impresionate palmarés (seis copas y cinco ligas) y de haber pasado por equipos como Salamanca, Canarias, Ros Casares o Rivas, pero también los Utah Starzz, de la WNBA, o el Spartak de Moscú.

Hasta ahora, Aguilar, que también fue presidenta de la Asociación de Jugadoras de Baloncesto, trabajaba como directora de competiciones en la FEB, puesto para el que fue elegida por Jorge Garbajosa, que dimitió en agosto como presidente de la federación para ponerse al mando de FIBA Europa.

Sus colaboradores dicen de que ella que, pese a su carácter serio, es una persona con una gran capacidad de comunicación y escucha y una dirigente con un talento particular para el liderazgo. Perseverante y trabajadora, siempre supo que quería dedicarse a la gestión deportiva. Y se preparó a conciencia para conseguirlo.

Aguilar se licenció en Económicas en la George Washington University de Estados Unidos, donde jugó al baloncesto durante tres temporadas. También es entrenadora titulada y tiene dos másters: uno en gestión deportiva y otro en coaching deportivo. En su etapa como jugadora, ya era una líder carismática que, como han compartido algunas de sus compañeras, utilizaba canciones de Rocío Jurado o Tina Turner para animar al vestuario antes de los partidos.

Aguilar manejará un presupuesto de 27 millones de dólares anuales al frente de la federación y ya se ha marcado dos retos muy concretos para su mandato. Uno, a corto plazo: que tanto la selección femenina como la masculina logren clasificarse para los Juegos Olímpicos de París, que se disputarán el verano que viene. El otro, a más largo plazo: que para 2030 haya 500.000 jugadores de baloncesto federados en España, un 25% más de los que existen en la actualidad.

De momento, ha conseguido algo más importante al desafiar uno de los grandes paradigmas del deporte español. De las 66 federaciones deportivas que existen en España, solo dos tenían una mujer al frente: la Federación Española de Remo, con Asunción Lorente a la cabeza, y la Federación Española de Salvamento y Socorrismo, que dirige Isabel García. Elisa Aguilar acaba de convertirse en la tercera, pero sobre todo en la persona al mando del segundo deporte con más jugadores federados en nuestro país.

Lo hace, además, en un momento particularmente oportuno y estratégico. A partir del próximo 1 de enero, la Ley de Igualdad obligará a las federaciones a tener una estructura más igualitaria en la que ni hombres ni mujeres puedan superar el 60 % de la representación ni ser menos del 40%, algo que en la actualidad solo cumple la Federación de Montaña y Escalada.