Por siempre jamás, la serie de misterio francesa que sigue los pasos de El inocente de Mario Casas

El pasado 13 de agosto se estrenaba en Netflix Por siempre jamás, la cuarta adaptación de una novela de Harlan Coben (además de Safe, también guionizada por él pero sin basarse en ninguna novela). La última, El inocente, fue estrenada hace poco más de tres meses y si ya la has visto, no podrás dejar de notar una cierta similitud (por no decir un calco) en esta nueva adaptación francesa, aunque de director español, Juan Carlos Medina.

Recordemos el argumento de El Inocente: un hombre, Mateo Aguilar, traumatizado por un suceso de su pasado (en este caso haber pasado cuatro años en prisión después de matar a un chico sin querer en una pelea), consigue rehacer su vida junto a Olivia, una misteriosa mujer de la cual no conocemos su pasado. Pero un día, Olivia desaparece y comienza una carrera contrarreloj de Mateo por encontrar a su mujer en la que irá descubriendo misterios de su pasado y del pasado de Olivia que irán encajando como si fueran un rompecabezas hasta que todo se resuelve en el capítulo final, giro de guión incluído.

Y ahora te cuento el argumento de Por siempre jamás: Guillaume es un hombre que ha tenido que volver a encauzar su vida después de que, diez años antes, murieran asesinados en la misma noche su primer amor y su hermano. En la actualidad, después de pedirle matrimonio a su novia, ésta desaparece y (oh, sorpresa) comienza una carrera contrarreloj para encontrarla en la que irá descubriendo no sólo el pasado de ella, sino también sucesos de su propio pasado que no sabía. ¿Te suena?

Pero el argumento no es la única similitud entre ambas ficciones, ya que la forma de estructurarlas es idéntica. Tanto en El inocente como en Por siempre jamás, cada capítulo está contado desde el punto de vista de uno de los protagonistas de la historia y en ambas series existen saltos temporales que explican los sucesos en los que se centra la trama. Así se crean pequeñas piezas de un puzle que tienes que ir encajando con los nuevos datos que te aporta cada capítulo, hasta dar con la última pieza en los últimos minutos del episodio final.

Esta es la mayor pega de una miniserie que, a pesar de todo, engancha. Cada capítulo crea una incógnita nueva que tienes ganas de desentrañar, por lo que nos encontramos ante un producto audiovisual de consumo rápido, para un maratón de fin de semana. Quizá el desarrollo de los personajes se quede corto por centrarse demasiado en la historia principal, pero si te interesan los thrillers trepidantes, Por siempre jamás es, sin duda, tu serie. Quizá no pase a la historia como una de las mejores ficciones de Netflix, pero te mantendrá entretenido un rato.