El juego del calamar se ha convertido en una auténtica sensación en Netflix. Amenaza con convertirse en la serie más vista de la plataforma por delante de la primera temporada de Los Bridgerton y la última de La Casa de Papel, y eso que se estrenó el pasado 17 de septiembre. La ficción muestra a un grupo de personas que viven en los márgenes de la sociedad coreana: endeudados, enfermos, ladrones o criminales que se embarcan en una serie de juegos infantiles que les pueden costar la vida. El premio si ganan es suculento, 33 millones de euros, pero a cambio deben abandonar sus principios acabando con la vida de sus compañeros para obtenerlo.
Esta mezcla de violencia gratuita, ingenuidad infantil y crítica social, ha seducido a millones de personas en todo el mundo, pero lo cierto es que su argumento no es del todo original. Existen numerosas ficciones que tratan temas parecidos y, que si te ha gustado El juego del calamar, te encantarán. Tres series y tres películas que te mantendrán el estómago encogido hasta el final con los dilemas que plantean. Comenzamos nuestra selección con las series:
Esta serie japonesa de 2020, se convirtió en todo un éxito en Netflix sin comerlo ni beberlo. Narra la historia de Arisu (Kento Yamazaki), un joven desempleado, apático y obsesionado con los videojuegos, que se encuentra de repente con sus amigos en una versión de Tokio misteriosamente desierta. Pronto descubren que en ese mundo deben competir en juegos muy peligrosos si quieren sobrevivir. Arisu conoce a Usagi (Tao Tsuchiya), una joven que afronta los juegos en solitario. Juntos, tratan de resolver los numerosos misterios que los rodean mientras arriesgan sus vidas y se plantean la propia noción de lo que significa vivir.
Esta serie de televisión estadounidense de terror está basada en la franquicia del mismo nombre. Mezcla de entretenimiento y crítica social, La purga cuenta qué ocurriría si, en un período de 12 horas todos los delitos, incluidos vandalismo, asesinato, incendio y robo, fueran legales. La serie sigue a varios personajes aparentemente sin relación que viven en una pequeña ciudad. A medida que el reloj avanza, cada personaje se ve obligado a contar su pasado a medida que descubren cómo de lejos pueden llegar para sobrevivir a la noche de la purga.
3 % es una serie de suspense y ciencia ficción brasileña que tuvo sus inicios como serie web en YouTube. El argumento se desarrolla en un futuro distópico en Brasil en el que a las personas se les da la oportunidad de ir a la mejor parte de un mundo dividido entre el progreso y la devastación, pero solamente el 3 % de los candidatos lo logrará. Una serie de pruebas serán las que determinen si los candidatos son oportunos o no para conseguirlo. En el caso de que el candidato supere con éxito las pruebas, se cancela todo vínculo con su familia y su entorno previo al reclutamiento. Este nuevo sistema de dominación de la población pondrá a prueba a los candidatos, pero habrá algunos que no estarán dispuestos a continuar con el sometimiento del proceso en un mundo totalmente desigual.
Y ahora empezamos con las películas, tres obras maestras que te mantendrán pegado a la pantalla hasta que la palabra Fin aparezca blanco sobre negro:
El hoyo es una película española de ciencia ficción y suspense del año 2019 que revolucionó el Festival de Cine de Toronto, donde fue premiada con el People's Choice Award for Midnight Madness y el Festival de Cine de Sitges donde ganó el galardón a Mejor Película. Esta película habla de un futuro distópico en el que los prisioneros son alejados en celdas verticales con más de 300 niveles, dos personas por nivel y una plataforma que lleva la comida de arriba hacia abajo. Los de las celdas superiores son alimentados mientras que los de abajo mueren de hambre. Una jungla de supervivencia donde solo hay tres tipos de personas: los que están arriba, los que están abajo y los que deciden saltar, incapaces de soportar esa agonía por más tiempo.
Hablando de una sociedad en la que unos pocos ricos disfrutan con la muerte y el sufrimiento de los más pobres, no podemos dejar de acordarnos de Los Juegos del Hambre. La película, que encumbró a Jennifer Lawrence a lo más alto de Hollywood, narra la historia de Panem, una nación que resurgió de las cenizas de lo que fue Estados Unidos, y que está dividida por distritos bajo las órdenes del Capitolio. Para castigar a los distritos por una sublevación que tuvo lugar años atrás, obligan a un chico y una chica de cada distrito a participar en Los Juegos del Hambre, una batalla en la que sólo uno de ellos sobrevivirá. Y desde el Capitolio, los ciudadanos apuestan por quién es su favorito asistiendo impasible a la muerte de niños a manos de sus propios compañeros.
Esta película japonesa del año 2000 abrió las puertas a muchas otras ficciones distópicas. En ella, nos hablan de un Japón sumido en el caos en el que el Gobierno elige a un grupo de estudiantes al azar para llevarles a un lugar aislado donde tendrán que luchar entre sí durante tres días o hasta que solo quede uno vivo. Cada estudiante lleva un collar explosivo que le matará si no coopera o permanece dentro de las llamadas zonas de peligro diarias, lugares dentro del campo de batalla activados cada ciertas horas donde el collar se activara automáticamente si el alumno entra. Una masacre juvenil en toda regla auspiciada por el Gobierno japonés.
Este tipo de ficciones no abogan por el optimismo precisamente, pero en una sociedad capitalista en la que conseguir dinero está por encima del bienestar del resto, no estamos tan alejados de estas supuestas distopías. ¿O sí?