Misterios y sucesos

Los secretos que esconde el Teatro Campoamor, escenario de los Premios Princesa de Asturias: un cementerio, un incendio y una alfombra roja royal

Los premios Princesa de Asturias se celebran un año más en el teatro Campoamor, en el corazón de Oviedo. Es uno de los edificios más emblemáticos y con más historia de la ciudad.

Los reyes Felipe y Letizia, junto a sus hijas, entrando al teatro Campoamor de Oviedo. / casa real

Javier Díaz de Lezana
Javier Díaz de Lezana

Se ha convertido en el escenario natural de los Premios Princesa de Asturias desde 1981, año en el que se empezaron a entregar los galardones: primero con el rey Felipe como protagonista y ahora con su hija, la princesa Leonor. En esta edición de 2024, el monarca y la heredera estarán acompañados, como en años anteriores, por la reina Letizia y la infanta Sofía.

La familia real tiene su primera toma de contacto con la ciudad en la noche del jueves, 24 de octubre, acudiendo al tradicional concierto previo a la gala que se celebra en el Auditorio Palacio de Congresos Principe Felipe.

Cómo es el teatro Campoamor y que oscuro pasado esconde

El teatro Campoamor está situado en el corazón de Oviedo, a pocos metros de la arteria principal de la capital, la calle Uría, y del Campo San Francisco. Además de ser el eje central en la ntrega de los Premios Princesa de Asturias , en su programación también encontramos la segunda temporada de ópera más antigua de España, tras la del Liceo de Barcelona. Además, acoge, junto a Madrid, la única temporada de espectáculos de zarzuela de España.

La reina Letizia y la princesa Leonor llegando al concierto antesala de la gala de los Premios princesa de Asturias 2023. / Limited Pictures

El espacio fue inaugurado el 17 de septiembre de 1892 bajo el nombre de Teatro Campoamor, bautizado de esta manera tras una propuesta de Leopoldo Alas Clarín, en honor del poeta naviego Ramón de Campoamor. Clarín era por entonces concejal del Ayuntamiento de Oviedo, y años después se convertiría en uno de los escritores más famosos de la historia.

Por el escenario del coliseo ovetense han pisado grandes genios de la música como Rubinstein, Ravel, Bartok, Rostropovich, Yehudi Menuhin o Mario del Mónaco y Victoria de los Ángeles. El tiempo más oscuro del Teatro Campoamor tuvo lugar en 1934, cuando fue incendiado durante la Revolución de Octubre, quedando su interior reducido a un amasijo de ceniza y hierros. Su reconstrucción fue difícil, pero finalmente reabrió sus puertas en 1948. La nueva vida del teatro se abrió con 'Manon', de Massenet y contó con la presencia de Carmen Polo.

El interior del Campoamor tiene forma de herradura con partes elevadas para los palcos y plateas con antepechos con aplicaciones de bronce en la planta baja y cierres de rejería en las superiores. En la zona central, colgando de la cúpula del techo, se sitúa una gran lámpara de bronce y cristal tallado. Pero es en el exterior (y en el subsuelo) donde encontramos el secreto que guarda el edificio más emblemático de la ciudad de Oviedo: un antiguo cementerio.

En el muro del teatro que delimita la calle Diecinueve de Julio, encontramos una placa de bronce que reproduce el fragmento de una carta incluida en el Libro de Acuerdos de 1503. En ella se hace referencia a la venta de la llamada 'Huerta de los judíos' o 'Campo de los hombres buenos'. Es decir, el cementerio de la comunidad hebrea ovetense.

Y es que bajo los cimientos de este espacio y de parte del antiguo convento de Santa Clara descansan las tumbas de los judíos que habitaron la ciudad durante en el siglo XIII. Un camposanto extramuros que quedó abandonado tras la expulsión de los judíos de España.

El teatro Campoamor, una alfombra roja para estrellas internacionales

A lo largo de las más de cuatro décadas en el que el Campoamos ha estado relacionado con los Premios Princesa de Asturias, el espacio ha sido una codiciada alfombra roja para muchas estrellas internacionales de distintos ámbitos que han pasado por sus butacas. Si en esta edición, los grandes reclamos son Joan Manuel Serrat o Carolina Marín, en ediciones anteriores fueron nombres como Meryl Streep, Martin Scorsese o Leonard Cohen.

Capítulo a parte merece el romance que Woody Allen estableció con la ciudad asturiana desde que puso el pie en ella. Y eso, que en un principio, el director estuvo a punto de no recoger su premio: «Nunca había oído hablar de Oviedo y no iba a ir y, por favor, que me dejaran en paz, que estaba viendo el partido», contaba que respondió cuando le dijeron que era uno de los ganadores.

Después recibió una llamada del distribuidor de sus películas en nuestro país que le explicaba que no lo podía rechazar porque era uno de los premios más importantes de España y Europa. Allen ganó el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2002 y un año después se inauguraba una estatua del artista en el centro de Oviedo. Frente a la estatua hay una placa con la descripción que él mismo hizo de la localidad asturiana: «Oviedo es una ciudad deliciosa, exótica, bella, limpia, agradable, tranquila y peatonalizada; es como si no perteneciera a este mundo, como si no existiera... Oviedo es como un cuento de hadas».