Manifesting es el verbo de moda en el mundo global de las tendencias: un supuesto prodigio de la voluntad con un pie en la magia (los magos manifiestan a golpe de varita), el tarot (ahí está el arcano mayor del Mago , haciendo realidades) y las leyes de la atracción, con Rhonda Byrne (la autora de El secreto) como embajadora máxima. Desacreditar este tipo de creencias del pensamiento mágico es tremendamente fácil: por mucho que queramos creer en el poder de la mente, las circunstancias pueden pasarnos por encima en cualquier momento. Sin embargo, lo interesante no es tanto desactivar a quien argumenta que visualizar un objetivo superado basta para triunfar, sino preguntarnos por qué nos animan tanto a manifestar y nos creemos que podemos hacerlo. ¿Acaso nos quieren convertir todas en Harry Potter ?
Tenemos que reconocer un ambiente cultural en el que, de nuevo, todo lo que tiene que ver con lo oculto captura nuestro deseo. La llamada ocultura engloba múltiples manifestaciones de la creación que versan sobre lo no racional, lo misterioso o esotérico: series como Sabrina o The Leftovers, el renovado reconocimiento a artistas como Hilma af Klint, Remedios Varo y Leonora Carrington, superventas como Nuestra parte de la noche, de Mariana Enríquez… Nos fascina lo inexplicable y, sobre todo, lo que ocurre por arte de magia. Sin que tengamos que mover un dedo para conseguirlo. Un poco de esto explica el éxito de la posibilidad de manifestar, una manera de conjurar en positivo que defienden mujeres tan solventes como Bernardine Evaristo, quien ha confesado que ella misma manifestó el premio Booker que ganó en 2019 por Niña, mujer, otras. «Es algo que he estado poniendo en marcha todos estos años».
La revelación de Evaristo, interesantísima, nos permite superar el infantil timo de Rhonda Byrne en El secreto, donde manifestar, hacer realidad nuestros deseos, se reduce a un sistema en tres pasos: «pedir, creer y recibir». En otras palabras, la varita de Harry Potter. Desde la óptica de la escritora británica, manifestar se propone como una práctica en la que se reúne foco (fijarse un objetivo), voluntad (para mantenerlo en el tiempo sin que otros deseos lo desplacen) y trabajo (porque, efectivamente, si quieres ganar un premio literario has de escribir una novela). En esta versión, digamos, realista de manifestar se trata de recurrir al mágico universo de esta palabra para imponernos una tarea del todo material. Manifestar es no perder el foco. No dejar que nos roben la atención. No caer en la trampa del entretenimiento constante. Y dice mucho de nuestro profundo sometimiento que tengamos que recurrir al universo mítico de la magia para conseguirlo.
20 de enero-18 de febrero
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¿Qué me deparan los astros?