M. Night Shyamalan ha vuelto, y con una película que le volverá a reconciliar con sus fans más entregados, los que alucinaron tanto con «El protegido» (2000) como con «La joven del agua» (2006), un cuento sobre una ninfa perseguida y defendida por criaturas de leyenda. De momento, el planteamiento es interesante, aunque no es original de Shyamalan, sino que este lo toma de una novela gráfica: Castillo de Arena (Sandcastle) de Frederik Peeters y Pierre Oscar Lévy. El llamado 'heredero de Spielberg' construye un relato de puro terror sin recurrir a monstruos gigantes o asesinos espeluznantes, sencillamente preguntándose qué es lo que más teme la humanidad a estas alturas del siglo XXI. ¿Y qué es? Hacerse viejo, el paso del tiempo. Así se llama la película: «Tiempo».
Con un reparto liderado por el mexicano Gael García Bernal, «Tiempo» sigue los pasos a una familia que decide tomarse vacaciones en un resort paradisíaco. Una vez allí, descubren gracias al gerente del hotel una playa secreta en la que coinciden con otros clientes del establecimiento. No pasan mucho tiempo sobre al arena cuando los veraneantes descubren algo espeluznante: todos comienzan a envejecer a marchas forzadas. De hecho, los niños ven como en cuestión de nada se hacen adultos, y una de las niñas experimenta un parto sin que su mente se haya puesto a la altura de su físico maternal. Lo dicho: un horror.
En la primera semana en los cines, la película ya se ha puesto la primera en taquilla, algo previsible para una cinta de terror playero en plenas vacaciones de julio. La crítica, sin embargo, ha estado más tibia tanto con el guión como con la planificación o las interpretaciones, quizá más propias de las cintas de serie B de la televisión que de un 'blockbuster' del cine. Puede que sea así, pero a estas alturas no le podemos hacer ascos a esos filmes de andar por casa, y menos si los vamos a disfrutar en un cine de verano, con niños corriendo, vecinos comiendo perritos calientes y grititos constantes. ¿Verdad?
20 de enero-18 de febrero
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