Zoë Kravitz: «No es lo mismo ser sexy que estar sexualizada, aunque muchos lo crean»

Fans entrometidos, la presión de responder ante su gran oportunidad y un complicado mono de látex: la actriz saca las uñas como nueva Catwoman y explica cómo ha sorteado los arañazos.

Marita Alonso
Marita Alonso

Hay tres posibilidades a la hora de entrevistar telemáticamente a una estrella de Hollywood: que se niegue a encender la cámara, que esté perfectamente maquillada y vestida, o que se comporte con absoluta naturalidad. Zoë Kravitz pertenece a la tercera categoría y aparece sin una gota de maquillaje y con la capucha de la sudadera puesta. Musa de Saint Laurent, hija de Lenny Kravitz y Lisa Bonet, amiga de Reese Witherspoon y ex hijastra de Jason Momoa (sí, Khal Drogo en Juego de tronos y Aquaman en el Universo DC), su imagen es la definición de cultura pop.

Por si fuera poco, el 4 de marzo la veremos dar vida a la femme fatale definitiva, la escurridiza Catwoman, en The Batman. Su teléfono no paró de sonar cuando se hizo pública la noticia, la señal definitiva de que interpretar a Selina Kyle marca un punto de inflexión en su carrera. ¿El reto? Conseguir que Catwoman sea una mujer real, no un estereotipo. «He intentado abandonar la idea de lo que quiere decir Catwoman y no agobiarme por el cariño que la gente tiene al personaje. Me centré en la idea de representar a una mujer que ha logrado sobrevivir en Gotham y que tiene un pasado muy concreto. La clave para interpretar a Catwoman ha sido olvidarme de quién es Catwoman para poder así hacer de ella una persona», asegura.

En esta nueva entrega, el director Matt Reeves no cuenta el origen de Batman, a quien da vida Robert Pattinson, pero sí ahonda en cómo se origina el personaje de Catwoman. «Aunque Selina es una mujer muy dura que sabe mucho de la calle, quería asegurarme de que no fuera victimizada. Es una superviviente que ha encontrado la forma de cuidarse a sí misma. Ahora está centrada en intentar cuidar a gente que le importa y que está en situaciones similares a aquellas por las que ha pasado.

Tiene una debilidad por las personas que han sido abandonadas», explica Zoë, que no duda ni un instante a la hora de definir The Batman: «Es una trama detectivesca, de cine negro. Creo que hasta ahora no hemos visto una película que se centre en la parte de la vida de Batman que tratamos, que se encuentra en un lugar emocional muy interesante. Habíamos visto a ese Bruce Wayne que lo tiene todo bajo control, pero ahora está en un momento personal que lo ha convertido casi en un maníaco.

«La clave para interpretar a Catwoman ha sido olvidarme de quién es para hacer de ella una persona»

De ahí que resulte tan estimulante, que muestre un lado mucho más peligroso. Selina está también en una posición curiosa. Trabaja en un club, intenta sobrevivir en una ciudad como Gotham y busca a una amiga que ha desaparecido en el momento en el que Bruce busca a un asesino en serie. Sus historias se entremezclan, y creo que su conexión nace de que, en el fondo, son personas muy similares pese a proceder de lugares completamente diferentes. Les une el deseo de alcanzar la justicia, y eso es algo que también les separa: cada uno piensa en la justicia de una forma diferente», dice.

Sabemos cómo interpretan la justicia Batman, Catwoman y todos los villanos que llevan tiempo construyendo el trasfondo oscuro de Gotham, pero desconocemos la visión de Zoë Kravitz... hasta ahora. «Creo que la definición de lo que es la justicia es completamente diferente para cada persona. Para algunos consiste en hacer lo bueno, mientras que para otros la respuesta es la venganza. Lo interesante de la justicia es que habitualmente, nace de una posición de ira. Cuando yo la siento, escribo, voy al terapeuta, hablo con amigos... La rabia es una señal de que pasa algo. Para mí, la clave para manejar el enfado es ser paciente, porque si actuamos desde una posición de ira, no estamos tratando en realidad con lo que subyace. El enfado es siempre un lugar muy peligroso desde el que comenzar algo».

No tan peligroso, pero sin duda igualmente delicado, resulta intentar hablar de su vida privada con ella. Al haber salido siempre con referentes del indie (18 meses después de contraer matrimonio con Karl Glusman, la pareja fetiche del underground firmó los papeles de divorcio), el mundo recibió con sorpresa la noticia de que había empezado a salir con Channing Tatum, el actor conocido por su six pack y sus movimientos de cadera en Magic Mike. Fue ella quien se puso en contacto con el ex stripper para que formara parte del que será su debut como directora, Pussy Island, pero lo único que Kravitz menciona sobre el proyecto es que comenzarán a grabar en junio. «Estoy en la fase de preparación y nos hemos reunido con el equipo. Estoy muy contenta», ataja rápidamente.

Zoë con su actual pareja, el actor Channing Tatum, acudiendo a la Gala MET en septiembre de 2021.

Zoë no es la primera Catwoman que prueba suerte detrás de la cámara. Halle Berry, que se ha estrenado con Bruised, ha asegurado que le encantaría dirigir una película de la superheroína. «Haría que salvase al mundo de alguna catástrofe, como hacen los personajes masculinos de los cómics», ha indicado. Pero a Zoë su personaje le parece lo suficientemente bien escrito y empoderador como para cambiar nada. «Matt Reeves se merece todos los premios y todas las vacaciones del mundo por haber asimilado la responsabilidad que implica dirigir esta película. Jamás había visto a un director trabajar tan duro como él. A la gente le importa tanto el resultado que es muy complicado respetar la esencia de la película y cambiar ciertos aspectos sin dejar de hacer una historia entretenida con personajes complejos. Yo no sé si sabría hacerlo», asegura la actriz.

Cuando su agente le habló de la película, decidió que le haría saber al director desde el principio cómo es realmente trabajar con ella. «Cuando los actores vamos a un casting, queremos caer bien y decir que sí a todo. A mí me gusta dar mi opinión, y lo genial de Matt es que le encanta hablar de las opciones que existen a la hora de construir a los personajes. Le he contado mi experiencia como mujer y cómo me enfrentaría a ciertos aspectos de la historia, y le he hecho saber que quería aportar mis ideas y no limitarme a ser una actriz agradable que quiere que le den el papel».

Precisamente al perfilar su propia versión de Selina es cuando las redes sociales han echado chispas. Zoë no quería que Catwoman fuera un fetiche, por lo que ha repetido hasta la saciedad que se oponía a sexualizar al personaje. ¿La respuesta de algunos? Si no quiere que Catwoman sea sexy, entonces no puede interpretar a Catwoman. «Hay personas que creen que estar sexualizada es lo mismo que ser sexy, y no es así. Ella es sensual y sexy, pero Selina no es una mera idea: es un ser humano. Sus armas son la s ensualidad y la sexualidad, pero hay mucho más por debajo de eso».

Además, ¿cómo demonios no va a resultar sexy una mujer de movimientos felinos enfundada en un mono de látex? Le comentamos que Michelle Pfeiffer ha señalado que esperaba por su bien que el equipo de vestuario haya resuelto los «problemillas» que trae consigo el diseño a la hora de ir al baño... Al parecer, es más sencillo poner en orden Gotham que ese asunto. «Me temo que todo sigue igual, porque los monos solo se pueden poner y quitar de una forma, por lo que necesitaba ayuda para ir al baño y para cambiarme. Pero aprecio sus palabras: gracias a Michelle, estaba preparada», dice entre risas.

Zoë con su madre, la actriz Lisa Bonet, en la fiesta posterior a los Óscar de Vanity Fair, en 2018

No solo estaba lista mentalmente, sino también físicamente. Tomó nota de cómo se mueven los gatos y los leones cuando pelean. «Tras 12 horas de rodaje, llegaba a casa y tenía que entrenar dos horas, porque mi trabajo consistía en estar en forma tanto como actuar bien. Era esencial no solo para tener un aspecto determinado, sino para ser capaz de hacer algunas de las cosas que ella hace. Lo peor que me podría pasar es que me vierais dar una patada y pensarais que no soy capaz siquiera de levantar una taza de café, y por eso me puse fuerte. Hice cosas que jamás pensé que podría hacer: es increíble tener la oportunidad de transformar tu cuerpo».

También transformó, por cierto, sus uñas. Llevaban dos meses de grabación cuando el rodaje se detuvo por la pandemia. Incapaz de hacerse la manicura, se dejó las uñas largas y sin esmaltar para que parecieran garras; por eso, las manos de la nueva Catwoman se parecen más a las de Rosalía que a las de la propia Zoë. A pocos minutos de acabar nuestra charla, sacamos las uñas para preguntarle por su padre.

Zoë con su padre, el músico y actor Lenny Kravitz, en un desfile de Saint Laurent, en 2020. / Getty images

Como una gata astuta, esquiva la pregunta con elegancia. «Nunca he visto una película de Batman con él, porque él veía la serie, y cuando yo era pequeña, ya no la echaban en la tele... He crecido con las películas de Nolan y de Tim Burton», dice con un tono que nos indica que no podemos tirar más de este ovillo de lana informativa que, como buena felina, controla a su antojo. En The Batman, Selina asegura tener más vidas que los gatos, pero nosotros preferimos mantener la única que como humanos nos corresponde.

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