Sisley, el poder de los clásicos

Nunca subestimes el poder evocador de un perfume. A través de sus notas y acordes puedes rememorar vivencias. O puede revelar cosas más simples pero igual de esenciales: lo bien que te hace sentir cuando lo pulverizas sobre tu piel. Algunos aromas, además, tienen la capacidad de conseguir que esos milagros cotidianos pasen de generación en generación, como una herencia vital.

Son los clásicos, y algunos de ellos contienen historias humanas además de aventuras olfativas que están íntimamente unidas. Te contamos las de Sisley, una de las sagas familiares de la belleza más prestigiosas del mundo, cuya historia se pueden contar a través de sus aromas. ¡Enamórate de ellos!

Los recuerdos de la infancia de Isabelle DOrnano (fundadora de Sisley junto a su marido, Hubert DOrnano, recientemente fallecido) están conectados a sus paseos por el Alcázar de Sevilla. Y a la exuberancia nocturna de una de las flores de su jardín: la dama de noche. Así nació Eau de Soir. Primero como una declaración de amor de su esposo, que lo creó exclusivamente para ella, y desde 1990 como un perfume emblemático al alcance del mundo entero, que también tiene mucho del eclecticismo decorativo de la familia. Sobre todo, de su casa parisina trufada de obras de arte, como su tapón escultórico.

¿A qué huele soñar despierto? Probablemente a un chipre floral moderno. Así es desde 2006 Soir de Lune. Inspirado también en el apartamento londinense de la familia.

Es lo que aporta desde 1976 Eau de Campagne, creada por Jean-Claude Ellena y que huele como la hierba recién cortada y la hoja de tomate de la casa de los DOrnano en Berry (Francia), a la que conocen como la Renaudière.

Pero no uno cualquiera. Otra vez los recuerdos de Isabelle DOrnano dan forma a un perfume enigmático. Y de nuevo nos adentramos en el Alcázar de Sevilla para impregnarnos de esa maravilla, a medio camino entre Oriente y Occidente, que es la sala mudéjar. Su traslación aromática huele a limón y gálbano.

Otro paseo olfativo plagado de emociones. Las tres aguas de Sisley, numeradas del uno al tres, funcionan como tres formas de vestirse cada mañana.