La trampa del 'se puede comer de todo'

Así es el 'comer de todo' realmente saludable

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   Organiza tus caprichos por niveles. Cada vez que te estés frente a uno de tus caprichos en el supermercado sitúalo en una escala del 1 a 5, donde 1 sería "¡Bah, puedo pasar sin ello!" y 5, "No puedo vivir sin comer esto hoy". No compres nada que esté por debajo del cuarto puesto. Est te ayudará a reducir las calorías de los alimentos que en realidad no te gustan tanto y que no vas a echar de menos.

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   Limita el número de alimentos diferentes que traes a casa. Un estudio de 2013 publicado en la revista 'Appetite' demostró que si alguien comía con frecuencia un alimento sin mezclarlo con otro, al final perdía el misterio y se volvía menos excitante. De hecho, las pequeñas porciones de comidas variadas estimulan nuestros sentidos y también el apetito. Si traes a casa alimentos variados en cada visita al super acabarás comiendo más cantidad.

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   Busca el equilibrio, no te lo permitas todo a la vez. Si te apetecen patatas fritas pídete un sandwich de pavo o pollo, en lugar de la hamburguesa de ternera tamaño gigante. Si te apetece comer brownie para el postre come vegetales y proteínas y deja los carbohidratos para otro día.

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   Busca calorías de calidad. Esta regla es simple y te hará ser consciente de lo que comes. Aprenderás a ser más generosa con la porción de verduras y con las proteínas que con el postre. La esencia es de alguna manera tengas que ganarte tomar calorías vacías después de haber consumido una mayor cantidad de calorías de alta calidad.