Cuatro reglas de oro para llegar delgada al verano

Para conseguirlo, no vamos a decirte que te pongas a dieta. No creemos en los milagros y mucho menos en las 'dietas milagro' pero sí que podemos darte algunas pautas para que la operación bikini sea un asunto de coser y cantar. Podemos decir que estas tres claves son las "reglas de oro" para llegar con buen tipo al verano. Pero, eso sí, no puedes saltártelas:

1. Boicotea tu apetito. Esto se hace comiendo (algo sano) cada tres horas. Este truco evitará que caigas en el peor de los errores: llegar a la cena con hambre, como quien la ha estado esperando todo el día para atiborrarse. Si tienes esas expectativas, nada evitará que te pongas las botas y te lo comas todo. Pero si antes te has comido una fruta o una ensalada podrás escoger qué comer controlando el tamaño de las porciones que te pones en el plato. 

2. No llenes tu plato con lo primero que veas. No te dejes tentar por lo primero que veas en la mesa o lo primero que encuentres en el frigorífico. Piensa el menú con cuidado, hazte una idea completa de qué alimentos pueden ser los más saludables y entonces escoge lo que vas a cocinar, o lo que te vas a servir. Con este método selectivo te evitarás unas cuantas calorías que de otro modo acabarías tragando a la espera de que llegara lo mejor del menú. Si no quieres estar mucho tiempo con el plato vacío, llénalo de verduras y vegetales. Da igual que te miren como a una extraterrestre. Tú tienes un desafío: no ganar peso antes del verano

3. Si vas a una fiesta lleva un clutch en lugar de un bolso. Sí, el tipo de bolso que llevas determina cuánto comes. Si en lugar de llevar un bolso en bandolera o colgado del hombro, llevas uno que te ocupa una mano, comerás más despacio y menos cantidad. Mientras tengas una copa en la mano será más difícil que tengas un canapé en la otra.

4. Aplica la regla de los tres bocados. Tres y solo tres son las mordidas que tienes que dar a ese postre que te encanta pero que sabes que solo de mirarlo te va a engordar. Date un premio de solo tres mordidas y dedícate a otra cosa. En el primer bocado comprobarás que efectivamente ese turrón te gusta, la segunda mordida te sabrá bien, pero no tanto como la primera y en la tercera te parecerá que no es para tanto y que lo puedes dejar en el plato.