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Las investigaciones en el campo de la medicina antiaging han dejado obsoleto ese mantra de nutricionistas, gastrónomos y foodies que reza "eres lo que comes". Los abanderados de esta nueva tendencia, entre los que se encuentran los profesionales de la estética, han dado un paso más en el empoderamiento del brócoli, la remolacha y el chocolate.
Así, no se trata de lo que ingerimos, sino de cómo lo absorbe nuestro intestino y, de esa manera, de cómo lo aprovecha nuestro cuerpo: "La capacidad de absorción del intestino de cada persona puede verse afectada de diferentes formas y hay elementos que precisan de otros para tener actividad, de tal modo que si hay un problema de mala absorción, da igual la cantidad que tomemos e incluso lo que tomemos, que si tal como entra sale no habrá efectividad alguna en el organismo", explica el doctor Sergio Fernández, de Clínicas Dorsia.
SERGIO FERNÁNDEZ
Para el experto, lo que nos ofrece el plato cada día tendrá una relación directa con nuestra forma de estar y de sentirnos. Es, explica, el pilar básico para la defensa de nuestro sistema inmunológico, la barrera que nos protege de las agresiones externas.
Entre esos atacantes, los más famosos son los radicales libres, los "archienemigos" de la belleza y la juventud, los causantes del envejecimiento celular. Desde una terapia antiage se les combate mediante los antioxidantes y las poderosas frutas y verduras.
Pero no sólo de apio vive el hombre y no sólo se puede atribuir el envejecimiento celular a una mala alimentación. Tal como afirma el experto, el antiage es un concepto genérico, relacionado con la mejora del organismo en todos los sentidos. De ahí, especifica, que en un tratamiento para frenar el paso de los años, se realicen pruebas que abarcan desde el déficit cognitivo hasta la capacidad pulmonar. Debe realizarse, en sus propias palabras "un exhaustivo análisis del día a día de la persona, de su actividad física o ausencia de ella, horas de sueño, alimentación, número de comidas al día, exposición a tóxicos, medio ambiente, etc.…".
Es la pregunta que se hacen en voz alta los profesionales de la SEME, la Sociedad Española de Medicina Estética, en una reciente publicación en la que se aborda el antiage, y en la que se refieren a que el tiempo nos hace más vulnerables a las enfermedades.
El declive comienza, según el doctor Fernández, entre los 35 y los 38 años, dependiendo de cada caso individual y es necesario, advierte, actuar en cuanto los primeros síntomas se hagan patentes.
Los neófitos hablamos de que "a partir de los 40 si no te duele nada es que estás muerto". Los expertos se refieren a glicación, inflamación crónica y oxidación, tres de los ejes que definen el envejecimiento.
La glicación, aborda el proceso de unión de las moléculas de azúcar a las proteínas, dañando a las segundas y provocando el deterioro orgánico. El consumo abusivo de azúcar industrial incide negativamente en este factor.
La oxidación es la producción de los antes mencionados radicales libres. Para no envejecer debería darse el equilibrio entre éstos y los antioxidantes.
La inflamación crónica puede derivar en enfermedades cardiovasculares y degenerativas.
Para Sergio Fernández, la neutralización de la oxidación y la glicación son fundamentales para mantener un envejecimiento equilibrado. Este es el término, "equilibrio", que implica no descartar ningún nutriente, ni siquiera las grasas e hidratos, sino ingerirlas en correctas cantidades.
Lo mismo ocurre con el deporte. La práctica excesiva de la actividad física puede envejecer; al desencadenar procesos inflamatorios susceptibles de acelerar el desgaste y por tanto, en cierto modo, el envejecimiento.
Deporte con moderación, el estrés lo más controlado posible , secundando a la SEME, ambientes luminosos y buenas amistades. Lo importante, resume el médico de Dorsia, es la sensación de ser feliz. El poder de la endorfina.