Qué colorete elegir según el tono de tu piel

Es la diferencia entre un rostro apagado y uno luminoso, así que la próxima vez que te plantees saltarte el colorete, piénsalo dos veces. Y si lo haces porque todavía no has dado con el color que de verdad te favorece, lee nuestra pequeña guía antes de empezar a tomar decisiones. Te dejamos sin excusas.

Es mejor que te olvides de los colores fuertes y vibrantes, o correrás el riesgo de que parezca que vas disfrazada. Pero eso no significa que no tengas opciones. Al contrario: el rosa claro proporciona el color justo de rubor para encender tus mejillas sin que parezcan quemadas y el marrón rosáceo le da un aspecto de piel besada por el sol de lo más saludable.

Seguro que el colorete te intimida, pero no le tengas miedo. Neutraliza el rojo excesivo de tu piel (que suele aparecer en el centro de las mejillas) con un corrector y aplica el blush a la altura del hueso, con un ligero ángulo hacia las sienes. Prueba fórmulas que contengan partículas nacaradas, porque al reflejar la luz también ayudan a disimular el rojo contiguo. En cuanto a los tonos, elige mejor los marrones.

En realidad, tienes toda la suerte del mundo porque prácticamente te sienta bien cualquier tonalidad. Y por muy potentes que parezcan, los fucsia y los violetas pueden hacer maravillas sobre tus pómulos porque el contraste da un look fresco y saludable a tu rostro.

Eso significa que tu piel contiene subtonos amarillos que casi parecen verdosos en pleno enero. ¡Qué le vas a hacer, así es tu palidez invernal! A cambio, en verano luces una tez morena espectacular en cuanto te dan un par de rayos de sol, así que no te quejes. Tanto en una época como en la otra, es preferible que busques coloretes en coral y melocotón.