belleza
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Llevas toda la temporada de frío pendiente del cielo. ¿Tu único deseo? Que se abran de una vez esos nubarrones amenazantes para ver el sol. Mientras esperas a que eso suceda (este mismo fin de semana, seguro) puedes adelantarte a sus caricias con todo un arsenal de bronzers y coloretes que van a ayudar a tu rostro a enmascarar ese aspecto tristón y verdoso-blanquecino acumulado durante meses.
Necesitas un bronzer ligero, con variación de tonalidades y acabados que jueguen con mates y satinados. Aplícalo siguiendo la regla del tres (dibuja este número con la brocha en los laterales del rostro: de las sienes a la línea de la mandíbula con parada en las mejillas) y da un punto de luz con los dedos sobre las cejas y el hueso del pómulo.
Ese tono envidiable del verano eterno es casi un dorado que se sitúa en la parte superior del rostro, justo bajo los ojos y en línea con el hueso de los pómulos. Para crearlo, necesitas un colorete en tonos melocotón con espíritu de iluminador que contenga partículas metalizadas, como Galifornia de Benefit.
Sí, ese que se adhiere a tus mejillas cuando pasas un día en el campo. Da igual que lo intentes en los parques de tu ciudad, el refrescante color rosa que consigues en la naturaleza no es lo mismo ni de lejos. Fíngelo con una nube de polvos rosas sobre las mejillas.
Altos, firmes, esculpidos y perfectos. Si no los tienes, puedes lograrlos con los nuevos coloretes con dos tonos: uno más oscuro, para debajo del hueso, y otro más claro, que vaya por encima. Se aplican con una misma brocha y es como un contouring invisible.
Para esto necesitas palabras mayores. Chanel no te lo podría poner más fácil con su línea Les Beiges. Este año, el imprescindible es la emulsión acuosa gelificada de su polvera Touche de Teint Belle Mine. Dior, por su parte, propone una infusión de audacia con su Nude Air Luminizer, un bronceador-iluminador en textura líquida que se funde con la piel.