Polvos de sol en compacto, gel y barra: así se usan los nuevos bronzers

Con ellos te toca seguir la regla del tres: dibuja uno pero ens entido espejo (o lo que es lo mismo, al revés) desde las sienes a la barbilla por cada lado de tu rostro.

El efecto buena cara está asegurado porque dejan sobre la piel un velo de color transparente que parece surgir de su interior. Y la aplicación es la misma que una base de maquillaje. Solo tienes que aplicar tres gotas. Empieza por la zona central del rostro (nariz y alrededores) y extiende y difumina hacia el exterior. En la frente, insiste en el nacimiento del pelo (que es donde el sol te broncea más de forma natural) y en las mejillas crea una línea transversal sobre el hueso del pómulo (sí, exactamente igual que cuando te aplicas con el contouring).

Están pensados para toques puntuales en zonas específicas, como el hueso de los pómulos, el puente de la nariz o el nacimiento del pelo. Sus fórmulas cremosas se extienden mejor con los dedos. Si ya te has entrenado con el contouring, usa estas barras de la misma forma.

Ahora que ya tienes un master en contouring, sácale partido. Recuerda: los tonos oscuros son para definir y los claros, para iluminar y proyectar volúmenes. Eso sí, sobre el bronzer puedes aplicar un toque de rosa blush para crear el efecto recien llegada de la playa. Hazlo sobre las zonas de tu rostro que se proyectan hacia el exterior, como el hueso del pómulo o el puente de la nariz.

El aireado de las esponjas de este sistema consigue una fusión perfecta y natural del producto con la piel. Y la aplicación no requiere de más claves ni consignas que extenderlo por todo el rostro. Más fácil, imposible.

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