belleza
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Puede que te apliques el maquillaje con los dedos, o que lo hagas con brochas y pinceles. Pero si has decidido que le vas a dar una oportunidad a la herramienta favorita de las beauty adictas, las esponjas estilo Beauty Blender, esto es lo que tienes que saber.
La humanidad es vaga por naturaleza, lo que explica el contrasentido de trabajar incansablemente durante horas o décadas para fabricar diversas cosas que nos faciliten la vida, desde la rueda hasta el smartphone. ¿Y a qué viene esto?, te estarás preguntando.
Pues viene a que detrás de la esponja de maquillaje, con su aparente simplicidad, también está este propósito: hacernos más cómodo nuestro día a día, empezando por el maquillaje de urgencia que improvisamos cada mañana para salir pitando al trabajo y siguiendo por los retoques a media tarde. Y es que entre extender la base con los dedos o con esta almohadilla hay notables diferencias; para empezar, nos lleva la mitad de tiempo, aunque, en el otro lado de la balanza, también se requiere y desperdicia mayor cantidad de producto.
Independientemente de estas cuestiones, lo que hoy venimos a tratar es si las esponjas cosméticas son buenas o malas. El doctor Antonio Ortega, de la Clínica Menorca, sentencia que utilizarlas o no es una cuestión de gustos, siempre y cuando se mantenga una extremada higiene, que es el verdadero quid de la cuestión: “Lo importante es lavarlas con un jabón neutro tras cada uso para evitar la proliferación de bacterias y dejarlas secar para que no acumulen agua. Hay que ser muy escrupuloso con su limpieza, por eso, desde el punto de vista dermatológico, es buena idea aplicar el maquillaje directamente con los dedos; eso sí, lavándose las manos antes y después de su aplicación”.
Así que la única complejidad de esta herramienta consiste en tenerla como los chorros del oro, pero le preguntamos al experto si la esponjilla puede causar dermatitis y otros problemas en la piel. “Desde mi experiencia, no he tenido hasta ahora ningún paciente que haya padecido alergia por ella.
Es muy difícil valorar realmente qué desencadena una dermatitis o una reacción espontánea en la piel; puede ser la esponja, la falta de higiene o el propio maquillaje lo que cause el problema. Como en todo producto que pongamos directamente sobre nuestra piel, es muy importante la calidad del mismo. Cuando vayamos a comprar una esponja de maquillaje, no nos fijemos solo en el precio, especialmente si tenemos una piel sensible, reactiva. Y si sufrimos problemas de acné, no debemos deslizarla por el rostro, sino golpetear el producto hasta conseguir la cobertura deseada para evitar explotar algún granito o trasladar las bacterias de un lugar a otro de la cara”, explica el dermatólogo.
¿Alguna recomendación más? Pues sí, una que no conviene olvidar: esta herramienta es personal e intransferible: “Cada esponja debe ser usada solo por una persona, sin compartirla con nadie, pues en caso de infecciones se podrían propagar. Por otra parte, el material ha de ser de calidad, no tiene por qué ser más recomendable uno que otro en cuanto a cuidado de la piel, simplemente tener en cuenta alergias personales o gustos de cada uno.
En cualquier caso, es un accesorio que hay que cambiar con frecuencia”, puntualiza Ortega. Y remata: “Hay que evitarla si se padece alguna infección en la piel, hasta su total desaparición”.
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