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Ella no lo sabe, pero Carisa Janes tiene mucho en común con Marlene Dietrich. La fundadora de Hourglass, la firma de maquillaje adorada por influencers y beauty adictas que acaba de llegar a España de la mano de Sephora, comparte una pasión con la reina del Hollywood dorado: la obsesión por cómo la luz incide en sus rostros. Porque, aunque no te lo hayas planteado, de ello depende que tus poros parezcan mínimos y tu piel, perfecta y alisada. Por eso Carisa es una de las pioneras del strobing: la técnica que usa el iluminador para crear un halo de perfección imbatible. Estas son sus reglas para un rostro envidiable.
“Mi perspectiva a la hora de crear una línea de maquillaje no era la de un profesional, sino la de una mujer normal y corriente que se enfrenta al espejo y que quiere que el producto sea muy fácil de aplicar y, sobre todo, que él se encargue de hacer todo el trabajo. Y de eso se ocupa el primer, de unificar tono y reducir rojeces. Y facilitar al máximo la aplicación de todo lo que viene después”.
“El maquillaje tiene que ser fácil de usar y poseer el poder de transformar tu piel. Y ha de estar ahí pero a la vez ser indetectable. Se necesita una fórmula de alto rendimiento, que consiga que el aspecto de tu rostro sea saludable de forma instantánea”.
“Lo que hace que una piel se vea bonita es la luz. Lo aprendí de mi madre, que instaló bombillas rosas en toda nuestra casa porque se veía más guapa iluminada con ellas. Mi forma de plantearme el maquillaje no se basa en el tono de la piel, sino en el color de la luz. Y me di cuenta de que la clave estaba en crear unos iluminadores, los Ambient Light Powder de Hourglass, que, gracias a la tecnología actual de micropolvos nacarados, consiguen el mismo efecto”.
A una adolescencia con piel conflictiva debemos que Janes trastocara las reglas del maquillaje en 2004 con Hourglass. Es lo que influyó en su obsesión por obtener fórmulas innovadoras, que no agobiaran la piel pero hicieran imperceptibles las marcas de acné y las imperfecciones. Del sentido glamouroso de la firma hay que culpar a su abuela. Su tocador al estilo de las viejas glorias de Hollywood inspiró los estuches metálicos que han redefinido el lujo para una nueva generación. “Su ritual de maquillaje era fascinante”, concluye.
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