Cómo evitar los errores que cometes al maquillarte

Algunas mujeres solo se maquillan en ocasiones especiales, otras prefieren hacerlo solo durante el fin de semana y muchas se alían con el maquillaje a diario . Sin embargo, aunque la práctica sí es determinante para conseguir un eyeliner, unos ojos ahumados o unos labios perfilados impolutos , el hecho de maquillarse todos los días no garantiza que no se comenta ninguna equivocación; muchas veces sin ni siquiera ser conscientes de que estamos cometiéndola. Te contamos los errores más comunes que suelen cometerse al maquillarse para que los corrijas lo antes posible.

Aunque no lo creas, la crema es la mejor base para empezar a maquillarse. Aparte de preparar tu piel e hidratarla, también consigue que la base de maquillaje te dure más tiempo y evita que esta se cuartee. Lo ideal es que sigas una rutina diaria completa; es decir, sérum, crema, protección solar y base de maquillaje. Pero, si ves que es mucho para ti, puedes usar una BB cream, que cuidará tu piel, la protegerá del sol, la unificará y le aportará algo de tono.

El objetivo es ir guapa sin que se note el maquillaje, por lo que encontrar el tono de base adecuado es casi más importante que el modo en que la aplicas. Olvídate de probártela en el dorso de la mano o en la muñeca, sino que lo que tienes que hacer es extender un poco en la zona de la mandíbula. Si se funde con tu piel, ese es tu color.

Bien usado, el iluminador es un producto que puede cambiar el aspecto de tu rostro (para bien); pero si no se utiliza correctamente, puede provocarte unos brillos incómodos o incluso un aspecto blanquecino en la zona de las ojeras. Lo suyo es que sea uno o dos tonos más claro que la base y que lo apliques solo en los puntos en los que quieras dar luz: zona alta del pómulo, sienes punta de la nariz, hueso de la ceja y, si quieres, también sobre el arco de cupido.

Meter y sacar el cepillo repetidas veces en el tubo de la máscara no hace más que hacer que entre aire, lo que acelera el secado de la fórmula. Así que basta con que lo muevas ligeramente dentro del tubo para coger el producto necesario y que poses el exceso en la parte de la boquilla; eso sí, siempre y cuando después la limpies con un tisú porque si no el cepillo se llenará de grumos.

Tan importante es usar un rizador de calidad, como el momento en el que lo utilizas: antes de haber aplicado ningún producto en tus pestañas. De esta manera evitarás posibles roturas debidas a la máscara y, de paso, ensuciar el rizador y acortar su vida.

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