Los mejores trucos para enamorarte de la Beautyblender

No, este no es un post patrocinado. Palabrita. Personalmente, reconozco que tardé en caer fascinada ante sus virtudes, pero cuando lo hice… ¡fue a lo grande! Realmente, son muchas las ventajas de aplicar la base de maquillaje con una Beautyblender, pero esta esponja de maquillaje ¡sirve para muchas otras cosas!

Para evitar líos, confesaremos que hablaremos de Beautyblender por ser la más conocida, pero es cierto que existen muchas (pero muchas, muchas, muchas, ¡muchísimas!) imitaciones. Algunas son lamentables, y otras son excelentes y tan buenas o superiores a la marca original. Lo importante es que sea de una espuma compacta, para que no absorba el producto, y que la esponja tenga varias facetas, incluida una parte puntiaguda o biselada (para llegar a las esquinas), y otra más plana, para los movimientos de arrastre más largos.

La primera razón por la que vale la pena invertir en una esponja tipo Beautyblender es que es maravillosa para extender la base de maquillaje. Obvio, ¿no? Eso sí, siguiendo las instrucciones de uso, que pasan por humedecerla antes ligeramente para que se consiga un acabado muy natural e indetectable.

¿Un buen truco? No mojar la esponja con agua, sino con una bruma hidratante o con tónico o esencia de tratamiento: un dos por uno estupendo.

Claro que no solo con fórmulas líquidas se hidrata la piel… Una Beautyblender sirve para conseguir un maquillaje más satinado y el perfecto acabad dewy o jugoso: en vez de humedecer la esponja con agua, se puede aplicar un poco de loción hidratante o, para un efecto aún más vibrante, unas gotas de aceite facial antes de pasar a extender el fond de teint; la piel queda híper luminosa.

Más la esponja tiene otro uso posterior: no solo sirve para extender la base, ¡también es perfecta para fijarla! Usando su parte más plana y ancha, basta con tapetearla sobre la piel, a suaves presiones, para impregnar el cutis con la fórmula y prolongar la duración del maquillaje.

¿Qué nos hemos pasado con la cantidad de maquillaje? Nada como usar nuestra esponja con un movimiento de arrastre para eliminar el exceso, además de dar un aspecto satinado al cutis. El secreto es hacerlo siempre de dentro hacia fuera y de arriba abajo.

Otro de sus secretos es que es perfecta para refrescar el maquillaje a lo largo del día. Basta con humedecerla de nuevo, aplicar una cantidad mínima de base y tapetearla en las áreas donde hace falta más cobertura, antes de volver a pasar la esponja, con movimientos más amplios, por el resto y unificar la tez.

Por su textura, es también idónea para otro uso, menos habitual y también muy favorecedor: ¡ es muy útil para extender los coloretes en crema! Lógicamente, más vale no utilizar la misma esponja para ello, pero al permitir usar muy poco colorete, el resultado es muy transparente y traslúcido.

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