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Máster en polvos de sol: así se usa el bronzer para un maquillaje de falso moreno perfecto

No hace falta tostarse en la playa para lucir esa piel como bañada por el sol. Si aprendes a utilizar los pinceles y la cosmética con maestría conseguirás ese anhelado color dorado sin tener que broncearte. Sigue nuestra masterclass exprés para subir el tono de tu rostro y lucir un maquillaje bronceado perfecto.

Si huyes del sol como del diablo, porque no te gusta el calor, ni la playa o, simplemente, porque quieres evitar que tu piel corra riesgos innecesarios, no tienes por qué renunciar a ese colorcillo dorado que tan buena cara da. Y lo puedes conseguir por arte de magia, la que da un maquillaje bien hecho a capas. Para simular ese tono iluminado y tostado, solo tienes que seguir nuestros pasos:

1. La primera norma es igual para cualquier maquillaje, y sin ella nada puede salir bien. Antes de empezar con brochas y pinceles, aplícate una crema hidratante para que la piel esté elástica y el maquillaje no se cuartee. Además, así conseguirás esa sensación jugosa que da una piel dorada por el sol (aunque sea todo lo contrario).

2. Seguro que la tentación de aplicarte un tono de base más oscuro que el tuyo te ha rondado la cabeza. Pues deséchala, porque es la peor idea del mundo, salvo que busques un maquillaje de brocha gorda. Mejor ponle a tu base de maquillaje unas gotas de iluminador bronce, mézclalo todo bien en el dorso de la mano y extiéndelo de forma uniforme por todo el rostro. Encuentra este producto milagroso en firmas como Lancôme, con su Custom Glow Drops Bronze, o Mary Kay, con sus Gotas Iluminadoras.

3. Sentadas las bases es hora de manejar los polvos bronceadores para crear un trampantojo que engañe hasta el más pintado. La clave está aplicarlos únicamente en aquellas zonas que se queman más cuando tomamos el sol, y hazlo en forma de cruz y con una brocha gruesa. Deposítalos en el puente de la nariz, en la parte central de la frente, en el mentón y en las mejillas (justo por debajo de las ojeras y creando casi una línea recta entre los dos extremos de la cara).

4. Ahora hay que crear volúmenes y, de paso, conseguir el efecto de un cutis radiante. Escoge unos polvos iluminadores nacarados, como Météorites Glow Pearls Cushion de Guerlain, y aplícalos haciendo la forma de un tres al revés. Parte del extremo superior final de la ceja, deposita el trazo en la parte final de la ojera y termina el dibujo del número por debajo del pómulo.

5. Si has llegado hasta aquí, te darás cuenta de que falta algo. Ese algo son los párpados, que siguen blancos y dan el cante. Para evitar que te delaten, coloréalos con sombras en tonos tierra y ocre y da un toque de dorado brillante en el centro del párpado móvil.

6. Ya este nivel, vamos a por la perfección. Simula un ligero toque de rubor, que eso siempre es un plus para lograr un efecto de buena cara, pero es fundamental que elijas bien el tono del colorete. Para que no deshaga el bronceado fake, apuesta por los tonos coral o marrón anaranjado en la manzana de la mejilla y bien difuminados.

7. Y finalmente, nos queda la boca. ¿Quién se pinta los labios en la playa? Bueno, hay gente para todo, pero lo suyo es que le saques el mayor partido al bronceado y para eso lo mejor es apostar por la naturalidad en esta zona. Esto significa que con un poco de gloss o de bálsamo (si quieres con color, pero que sea melocotón) será más que suficiente. ¡Voilà, ya tienes tu maquillaje de efecto bronceado!

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