belleza
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A todas nos gustaría presumir de unas pestañas hasta el infinito y más allá, pero hay que ser realistas si queremos conseguir nuestra mejor versión sin postizos ni permanentes, solo a golpe de máscara. Analiza primero cuáles son tus puntos flacos y en función de eso escoge el rímel con el que hacer una impactante caída de ojos.
En estas circunstancias, la talla XS no es la más deseada. Al contrario, si tus pestañas miden menos de 7mm van a destacar muy poco tu mirada, pero hay solución con solo una pasada de máscara. Eso sí, para conseguirlo asegúrate de comprar un rímel que tenga el cepillo con forma de ondas, porque de esta manera podrá atrapar mejor los pelitos, alargarlos y rizarlos. Y para conseguir ese efecto de mayor longitud coloca el aplicador a 45 grados en lugar de recto.
Si las tienes tan claras que apenas se ven, puedes teñirlas… o puedes usar una buena máscara, de lo que no te arrepentirás. Normalmente estas pestañas son muy finas, así que lo primordial es intentar engrosarlas y darle mayor profundidad a la mirada. Escoge un rímel que tenga un cepillo de pelo corto para que pueda peinar y maquillar hasta la pestaña más delgadita. Y para que resulte natural el acabado opta por un color marrón en lugar del negro tradicional.
Haber sido bendecida con este tipo de pestañas es una suerte, así que cualquier cosa que les hagas solo potenciará su belleza. Para evitar que se caigan por su propio peso, elige una máscara que tenga las cerdas en forma de V. ¿El objetivo? Levantar y separar los pelitos. Esta es la tipología de pestañas que querría todo el mundo y en la que, dadas sus circunstancias, con una sola pasada de rímel bastará y sobrará.
Puedes tener la suerte de que sean largas, pero con poca gracia, tiesas como un palo. Bueno, pues eso se puede corregir bastante fácilmente. Solo tienes que hacerte con una máscara con el aplicador clásico en forma de espiral y procurar que la fórmula sea bastante líquida, porque a continuación tendrás que usar el rizador sí o sí.
Si se rompen con solo mirarlas, extrema los cuidados y, sobre todo, evita la tentación de colocarte postizos o hacerte tratamientos agresivos. Pero no prescindas de resaltarlas. Eso sí, debes aplicarte antes que nada un rímel acondicionador y fortificante para que resistan mejor el maquillaje. Y ten sumo cuidado a la hora de desmaquillarte; no querrás perder más pestañas de la cuenta…
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