Aprende a manejar el iluminador y brilla como nunca

El iluminador se ha convertido en uno de esos imprescindibles del maquillaje por obra y gracia de las pasarelas y de la publicidad. El problema es que dependiendo de tu grado de destreza puede hacer que parezcas una diosa del Olimpo o un árbol de navidad. Si quieres brillar como nunca pero no deslumbrar hasta el punto de que los demás tengan que apartar la mirada, te guiamos para que se haga la luz en tu rostro.

Lo primero que debes saber es que este cosmético, que puedes encontrarlo en forma de lápiz, barra, líquido o polvos, es tan poderoso que en cuanto notes sus primeros efectos, te harás adicta. Sabiendo eso, tú decides.

Tal es su poder, que si estás preparándote para ir a la oficina, no necesitarás aplicarte una base de maquillaje, te bastará con pintarte con el stick iluminador unas rayas a modo de miembro de una tribu india y difuminarlas muy bien. Eso sí, para que no parezcas recién salida de la reserva, hazlo donde debes y como debes: en lo alto de los pómulos para darles volumen, en el arco de Cupido para engrosar los labios y en el puente de la nariz para afinarla. La consigna es siempre poca cantidad y que se funda con la piel.

¿Quieres un acabado algo más trabajado? Si vas a salir por la noche, aplícate tu fondo de maquillaje de larga duración, elige unos polvos nacarados en tono champán o ligeramente rosados y extiéndelos por encima del colorete. Haz lo propio –con un tono perlado– debajo del arco de las cejas y en el lagrimal.

En el punto medio están las fórmulas líquidas, que son las más versátiles, porque pueden utilizarse solas o en compañía de la base de maquillaje. Si las mezclas con la base conseguirás un efecto de piel radiante e iluminada muy sutil. Eliminarás la cara de cansancio y te quitarás años de encima de un brochazo.

Ahora que ya sabes cómo llamar la atención y atraer todas las miradas de envidia solo creando un efecto glow en tu piel, no olvides una lección básica: de nada te servirá este cosmético con poderes casi mágicos si el resplandor de la piel no viene desde dentro. Para que todo esto funcione tienes que tener el cutis en perfecto estado de hidratación.

Ah, y un aviso para principiantes. Asegúrate de que lo que estás comprando es un iluminador, no un corrector, porque el primero destaca y el segundo tapa. Imagínate si confundes estos dos productos a la hora de ocultar un granito…