belleza
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Sí, lo sabemos, tu maquillaje forma parte de ti y no puedes prescindir del rímel ni en el gimnasio. Podemos entenderlo. Pero, como todo en la vida, hay momentos en los que las circunstancias no son las más adecuadas para que tu piel se preocupe más por su apariencia que por su salud. Y debes de tenerlo en cuenta si luego no quieres ocuparte de los poros obstruidos o las posibles inflamaciones.
Practicar deporte, tener un mal día estéticamente hablando o acudir a realizarse un tratamiento facial son circunstancias especiales en las que nuestra piel pasa por diferentes procesos. En esos momentos, lo más recomendable es que nuestra piel esté lo más limpia posible, y se olvide de productos que, nos guste o no, “la ensucian”.
Entre los lugares en los que es más recomendable una cara lo más limpia posible está, precisamente, el gimnasio. Porque no pasa nada si te perfilas las cejas, pones un poco de bálsamo en tus labios o corrector en tus ojeras. Pero sí pasa si te plantas en tu clase de crossfit con tu mejor base incluida. Porque mientras sudas, tu maquillaje se convierte en una especie de barro que condena a tus poros a estar obstruidos y sufrir brotes de acné.
Y si cambias la sala de ejercicios por la piscina, los requisitos son prácticamente los mismos. Y no porque tu maquillaje no vaya a ser una buena barrera para proteger del cloro a tu piel, sino porque al salir del agua se puede convertir en un problema. El maquillaje unido al cloro y la suciedad de las piscinas puede provocar que tu piel sufra inflamaciones y más brotes de acné.
En lo que respecta a los tratamientos faciales, hay dos en los que es necesario dar un descanso a nuestros looks beauty. Por un lado, aquellos que utilizan microagujas, porque “técnicamente” hay una herida en la piel, y necesita al menos doce horas para que se cierre. Por otro, si vas a eliminar tu vello facial con depilación láser olvídate del maquillaje tanto antes como después del procedimiento. Y en este caso, el descanso que necesita tu piel es aún mayor, y lo recomendable son entre uno y dos días para evitar que nuestros poros se obstruyan.
El último momento vital en el que debes prescindir del maquillaje, y el más básico, es ese en el que tus hormonas se revolucionan, tu piel se descontrola, y sufres un brote de acné. Lo sabemos, es difícil, pero si en esos momentos aplicas maquillaje sobre tu pie, lo único que vas a conseguir es que se queden más tiempo contigo y los brotes se extiendan. Posibilidades que se multiplican si además eres de las que aplicas tus bases con pinceles, porque las bacterias que causan el acné pueden esconderse en sus cerdas.