La sombra de ojos ahumada (o smokey eye) es una técnica de maquillaje con la que se consigue una mirada espectacular. Son muchas las famosas e influencers a las que se la hemos visto, pero hay una versión que estamos seguras de que va a tener un éxito particular este invierno: la de tonos marrones.

El motivo es que se trata de un color neutro que sienta bien a todas las mujeres. Así pues, puedes lucirlo con independencia de cuál sea tu color de ojos. Tampoco importa si tienes la piel clara u oscura. Si te hemos convencido para sumarte a la tendencia, sigue leyendo porque te traemos algunos consejos que te ayudarán a conseguir ese look impactante que estás buscando. Verás que es más sencillo de lo que parece.

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En primer lugar, te recomendamos que utilices una base. De esta forma, conseguirás un resultado más duradero. Puedes utilizar un producto específico para la zona del ojo, pero, si no tienes uno, tu base de maquillaje habitual puede ser igual de efectiva.

A continuación, escoge dos sombras de ojos diferentes. Puedes elegir los tonos que quieras (desde el marrón claro hasta el bronce), pero una debe ser más oscura que la otra. Empieza aplicando la más clara. Extiéndela bien por todo el párpado (del lagrimal a la parte externa), así como por la zona que queda entre el ojo y la ceja.

Ahora llega el momento clave para crear el efecto que buscamos. Aplica la sombra más oscura en el párpado, pero solamente en la zona de la piel que cubre el ojo. Después, emplea una brocha limpia para difuminar los límites entre una sombra y otra. Hazlo realizando un movimiento de abajo a arriba. De esta forma, no quedarán marcados. Una vez que ya has conseguido el ahumado, solo queda darle el broche final al maquillaje: un lápiz de ojos en el párpado superior y una máscara de pestañas.