belleza
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No quieres que se deshagan y se encrespen mientras das mil vueltas sobre la almohada por la noche. Pues imita a Kim Kardashian y cambia tu funda de algodón por una de seda. Esta fibra no provoca ninguna fricción sobre el cabello y los rizos amanecen exactamente igual de perfectos que cuando te metiste en la cama. Si no quieres cambios tan drásticos, aplica un producto hidratante o un aceite en bruma de medios a puntas y envuelve la cabeza en un pañuelo de seda para meterte en la cama. El efecto es muy parecido.
Para mantener un día más el volumen, no hay nada mejor que el viejo truco de la abuela: ponte tres rulos grandes en la sección central de la cabeza, justo de la frente a la coronilla. Por la mañana bastará con cepillar un poco para recuperar esa sensación de movimiento que consiguen en el salón. Y si lo que quieres es mantener un liso perfecto, puedes recoger el pelo en una coleta baja y rodearla con un lazo de satén de seda. Al levantarte solo tendrás que quitar la marca de la goma con una pasada de las planchas.
Es el truco más viejo del mundo: si quieres una melena ondulada por la mañana, duerme con trenzas toda la noche. Pero no de cualquier manera. Las tienes que hacer en seco (pero con un toque de texturizador), para que las huellas del trenzado no se marquen en exceso y el resultado sea más surfero. Si quieres más volumen, coge una sección de pelo en la coronilla y trenza en dirección contraria al nacimiento, hacia a la frente; así levantarás las raíces mientras duermes. Cuando te despiertes solo tendrás que soltarlas, abrir las ondas con los dedos y dar un toque de laca.