El secador supersónico

Entrar en la sede de Dyson es adentrarse en un mundo de alta tecnología con alma: un edificio en plena campiña inglesa (en Malmesbury, un pueblo a 160 km de Londres) en el que los empleados cuentan con gimnasio, cafeterías, mesas de ping pong y un enorme espacio abierto donde se celebran las reuniones. Y también con imponentes laboratorios: solo en I+D trabajan 1.400 ingenieros. En este ambiente se ha creado el secador Dyson Supersonic, un aparato que ha revolucionado un sector que apenas introducía novedades desde hace décadas.

La empresa nació hace 17 años a manos de James Dyson. Los aspiradores son su producto estrella (el primero lo creó el propio Dyson en un garaje), pero hace más de seis años pensaron en la idea de un secador y se pusieron a investigar durante más de cinco años hasta lograr un aparato que cuesta casi 400 euros, más del triple que un electrodoméstico habitual. 'No queríamos hacer un secador asequible, queríamos hacer el mejor', dice Stephen Courtney, ingeniero de la empresa.

Y la pregunta siguiente es inevitable. ¿Qué tiene para justificar ese precio? 'Es supersónico, de ahí su nombre', recalca Courtney. La clave está en el motor. Solo en su diseño han invertido 20 millones de euros de los 60 de la inversión total. Es tan pequeño, que está en el mango (y no en el cabezal como se había hecho siempre), lo que permite menor vibración, ruido y una velocidad de 110.000 revoluciones por minuto, que hace que el sonido quede fuera del alcance del oído humano. Además, su termostato comprueba la temperatura 20 veces por segundo.

Pero todos esos alardes técnicos tienen un objetivo: secar más rápido y sin dañar el pelo. De hecho, desde los primeros prototipos hasta el modelo definitivo hicieron cientos de pruebas con 70 tipos de cabello natural de diferentes razas, a distintas temperaturas y niveles de humedad... 'Más allá de la tecnología, lo que importa son la comodidad y este modelo cuenta con tres velocidades de aire y cuatro niveles de calor, e iones negativos que acaban con la electricidad estática', recalca Courtney.

El diseño vino después y la forma que tiene es una consecuencia del mecanismo interno. También el hueco central tiene un por qué sencillo: responde a una marca de la casa que tienen todos los aparatos que fabrican.

'La velocidad del aire es fundamental a la hora de hacer un brushing', Alberto Cerdán, pelquero.