belleza
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A ver… sabemos que, en general, siempre nos gusta más el pelo de otros seres humanos que el nuestro propio. Si lo tenemos liso soñamos con unos rizos leoninos al estilo Shakira, y si lo tenemos rizado, nuestras ganas de tener el pelo liso como una tabla son solo equivalentes a las de ganar una bonoloto. Pero lo que no le gusta a nadie –lo que viene a ser ¡a nadie!– es el cabello encrespado. Esos pelillos que nos rodean como si fueran un halo piloso y que le dan a cualquier peinado un aspecto más bien desaliñado. ¿Cómo domar entonces esa tendencia escapista del cabello, sea para crear unos bucles relucientes y brillantes o para un pulido con brillo espejo?
Comencemos a combatir el frizz allí donde se inicia: en la deshidratación del cabello. Porque cuanto más sequito esté por dentro, más se hinchará (y alborotará) por fuera. Así que si queremos controlar las tendencias hooligan de nuestro pelo, lo primero será hidratarlo como si no hubiera un mañana. El acondicionador será un must, al igual que una mascarilla semanal. Que, dicho sea de paso, nunca viene mal.
¿Cuál es la razón para que el pelo se ponga al más puro estilo gallina Caponata, especialmente en ambientes húmedos? El cabello es poroso, y por tanto, capta agua del medio ambiente. Imaginemos una esponja seca, toda arrugaíta y compacta, tras meterla en el agua: se hincha, ¿verdad? Pues lo mismo le pasa al pelo: cuando le falta agua en su interior, capta la del medio ambiente y se esponja y descontrola. Por eso, todas las recetas anti-frizz pasan por dos puntos clave: hidratar el interior y aislar el exterior. Y sí, por eso el pelo se vuelve loco al lado del mar y demás sitios húmedos.
Cuando de champú se trata, aquellos muy nutritivos o hidratantes pueden tener el efecto secundario de dejar el cabello demasiado pesado y hacer que se ensucien pronto si no se tiene el cabello muy seco. ¿La alternativa? Buscar fórmulas sin sulfatos, que son muy suaves y no necesariamente pesados.
El acondicionador, para qué negarlo, también puede aportar peso al cabello, lo cual no siempre es bienvenido. De ahí la importancia de buscar fórmulas para pelo fino, o suaves, y aplicarlo solo desde las orejas a las puntas.
Al secar… ¡el frotar se va a acabar! Ese gesto tan peliculero de frotarse la cabeza enérgicamente con la toalla queda muy bien en pantalla, pero en la vida real te deja el pelo como el de la ovejita Lucera. Así que al retirar el exceso de agua… mucho mimo. Mucho. Es mejor usar una toalla o turbante de microfibra y “apretar” el pelo con gestos como de bombeo, para extraer el agua sin frotar el pelo como si fuéramos dos celebrities de Supervivientes intentando hacer fuego con dos palitos. Por cierto: esto funciona también muy bien con una camiseta de algodón vieja.
Un secreto poco conocido: nada como aplicar el sérum anti-encrespamiento cuando el pelo está aún empapado, incluso directamente en la ducha. Eso atrapa el agua que hay en el interior del cabello y, al sellarla y dejarla dentro, bien encerradita, impide la entrada de nueva humedad, que es la que lo hincha y disparata.
Un detalle que contamos poco quienes escribimos de belleza es que encontrar el producto de styling perfecto para el pelo es una aventura que riáse usted de las de Indiana Jones. Lograr el equilibrio perfecto entre control y ligereza – y que no ensucie el pelo antes de tiempo– es casi imposible. Y, en general, solo se consigue mediante prueba y error (con más errores que aciertos, claro está…). Como guía general puede decirse que, para cabellos muy voluminosos, que requieren mucho control, están bien los bálsamos (sin son muy espesos, se pueden mezclar con un poco de agua) y los sérums con silicona, mientras que para el pelo fino, son mejor los productos igualmente más ligeros.
A menudo el mejor sérum está hecho de la mezcla de dos productos, como una crema anti-encrespamiento y un toque de espuma o de gomina .
¿Apostamos por el pelo liso? El toque final lo da un cepillo de cerdas naturales sobre el que vaporizamos un poco de laca antes de pasarlo por la superficie del cabello.
¿Liso y recogido? Los profesionales vaporizanalgo de laca sobre el pelo y luego pasan un cepillo de dientes viejo para el pulido perfecto. O bien vaporizan la laca sobre el cepillo y luego peinan - ¡cuestión de gustos!
¿Rizado y con volumen? Se reparte un poco de sérum antifrizz entre las manos y se acaricia con ellas el cabello, apenas rozándolo, para controlar sin aplastar.
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