Lavarse bien la cabeza es sinónimo de una melena más sana, mejor hidratada y con más brillo. / Shutterstock

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Te estás lavando mal el pelo: te explicamos cómo hacerlo bien

Es un gesto tan básico en nuestra rutina de cuidados que nunca nos hemos planteado si lo hacemos bien o mal. Pero es más que probable que cometas no uno, sino ¡varios! errores al lavarte el cabello. ¿Lista para corregirlos?

La teoría es fácil: un poco de agua, luego toca el chorro de champú, después se emulsiona, se aclara y listo, ¡pelo limpio como una patena! Efectivamente, así es como nos lavamos el pelo. Y no nos va mal, ¿verdad? Pero basta i ntroducir pequeños cambios para mejorar notablemente los resultados y conseguir un cabello más limpio durante más tiempo y, además, de regalo, una melena más sana, mejor hidratada y con más brillo.

Error 1: No desenredar antes de lavar

El cabello está más frágil cuando está mojado que cuando está seco: por eso, es preferible deshacer los nudos antes de entrar a la ducha. Nos ahorraremos varios cabellos rotos, palabra.

Error 2: No esperar a que el pelo esté empapado

Permite que el cabello se moje bien a fondo y por completo hasta la raíz antes de empezar a usar el champú: este truco tan sencillo ayuda a que la fórmula se extienda mejor.

Error 3: usar agua muy caliente o muy fría

Tibia. Esa es la temperatura perfecta. Cuando la temperatura oscila entre “hirviendo” y “ardiente” sólo se consigue irritar el cuero cabelludo y estimular las glándulas sebáceas a que produzcan más grasa. Si en cambio vamos de “congelada” a “helada”, el agua no disuelve la grasa adecuadamente.

Error 4: escoger el champú según el tipo de cabello

Suena raro, ¿verdad? Pero es que lo corrector es elegir la fórmula idónea ¡según nuestro cuero cabelludo! Es esa piel, donde se encuentra el folículo piloso, la que hemos de cuidar con mimo para evitar irritaciones, pelo demasiado graso o incluso problemas de caída.

Error 5: echar el champú sobre el pelo

¡No! Mejor es verter un poco de la fórmula en el hueco de la mano y allí, mezclarla con agua para emulsionar – sólo después podremos proceder a masajear el cuero cabelludo con el producto.

Error 6: usar champú de raíces a puntas

Un secreto: no hace falta extenderlo a lo largo de toooodooooo el pelo. ¡Para nada! El gesto ideal pasa por masajear y repartir el champú sólo en el cuero cabelludo, y para medios y puntas, utilizar únicamente la espuma que va cayendo.

Error 7: frotar con demasiada fuerza

De verdad, hagan caso, que vale la pena: el frotar se va a acabar. Cuando de extender el champú se trata, sobran los grandes aspavientos y el agitar las manos como si nos quisiéramos arrancar el cuero cabelludo. A más suavidad, más contenta tendremos la melena, palabra.

Error 8: lavar dos veces

Si se lava el pelo a diario, o incluso cada dos días, es probable que el pelo no esté tan sucio como para necesitar dos champunadas. Al fin y al cabo, el champú es un limpiador que, además de la suciedad, elimina los aceites naturales del cuero cabelludo y de la fibra capilar, dejándola más seca. Lava dos veces sólo si usas muchos productos de styling o si realmente lo necesitas.

Error 9: no dejar actuar el champú unos minutos

Cada fórmula tiene su tiempo de aplicación recomendado, y atender a estas indicaciones es muy, muy buena idea. Esta regla es especialmente importante en los champús más específicos, como los que estimulan el crecimiento, la densidad capilar o combaten la caspa: cuanto más efecto tratante deba tener la fórmula, más necesario es darle su tiempo.

Error 10: no aclarar a fondo

Restos de champú en el pelo = cabello que no brilla. Así que más vale dedicar un tiempo a asegurarse que no quedan restos de fórmula.

Error 11: saltarse el acondicionador

A no ser que se tenga el pelo corto, o un bob por la nuca, siempre viene bien un toque de acondicionador. Incluso si se tiene el pelo graso o muy fino. En el primer caso, basta con usar muy poco en las puntas o apostar por fórmulas sin aclarado, cuya aplicación es más fácil de controlar. En el segundo, hay que buscar espumas específicas para este tipo de cabello, que no aporten peso y no dejen el cabello lacio.

Error nº 12: Secarse con la toalla como en las películas

Imaginemos la escena: salida de la ducha, toalla a la cabeza y… ¡hala, a frotar con tanta energía como vigor! Pues no… Lo repetimos: el frotar se va a acabar. Y es que, al pelo, esa acción tan agresiva le viene fatal, para qué engañarnos. Lo ideal es presionar la toalla contra el cabello, con suavidad, “exprimiendo” el agua sobrante, pero como si ordeñáramos el pelo, ¡no como si quisiéramos cardarlo! Y es que la pobre melena no deja de ser como nosotros mismos: en el fondo, sólo queremos que nos traten con cariño.

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