Teñirse el cabello a menudo –sobre todo si se eligen colores muy claros o estridentes–, abusar de las herramientas de calor y los cambios de temperatura bruscos son los tres gestos que provocan que el pelo esté seco, dañado y encrespado. Sin embargo, los expertos aseguran que la forma en la que lavas tu melena también afecta a su aspecto y manejabilidad.

Cada vez que te lavas la cabeza el pelo se daña. ¿Cómo? Cuando el cabello está seco la cutícula está cerrada, pero en el agua se hincha un 30% aproximadamente. Este hecho no supone un gran problema cuando el cabello es natural, pero sí cuando está tratado químicamente, ya que la proteína del córtex puede escapar y crear agujeritos en la fibra. El resultado: un cabello poroso, quebradizo, con puntas abiertas, encrespado y que pierde el color rápidamente.

Es posible que ya cuides tu cabello con una mascarilla hidratante e incluso que utilices un spray de brillo después de peinarlo. Sin embargo, lo que seguramente no sabías es que el sérum es el producto que necesitas para proteger y reparar tu cabello antes de lavarlo. Y es que, a pesar de que este es un producto de acabado –normalmente se aplica de medios a puntas después del brushing para cerrar la cutícula y conseguir un brillo extra– aplicándolo en tu melena antes del champú conseguirás un extra de hidratación y unas cutículas más cerradas, ya que tu pelo no se comportará como una esponja debajo del agua. Tan solo tienes que aplicar un poco de producto sobre el pelo sucio antes de meterte en la ducha y después lavarte la cabeza de la manera habitual.

Además, si eres de las que se aplican el tinte en casa, el sérum también será tu gran aliado. Extiende unas gotas por tu melena antes de ponerte el color y, cuando este abra la fibra capilar, entrarán en ella tanto los pigmentos del tinte como el sérum, que tratará la fibra mientras el color se fija. Así lograras que tu cabello no se dañe tanto durante el proceso químico.

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