Siete errores que cometes con tu pelo y que estropean tu melena

Para dar un golpe de melena de esos que quitan el sentido no hace falta acudir a los salones de peluquería que frecuentan las celebrities, ni gastarse el dinero en tratamientos capilares carísimos (cosas que también están muy bien, por cierto), a veces es suficiente con dejar de hacer algunas cosas y evitar errrores que incluso envejecen tu melena . ¿Crees que exageramos? Haz check en todos aquellos gestos que realizas, suma y saca tus propias conclusiones:

Vale, entendemos que lavarse la cabeza con agua fría no es algo que apetezca, salvo que estés en la piscina un día de agosto con más de 35 grados a la sombra, así que no te lo vamos a pedir. Pero de ahí a recluirte en la ducha como si estuvieras en la sauna… El agua caliente abre las cutículas, así que baja la temperatura y ten la valentía de acabar con un chorro de agua fría para un pelo más suave y con más brillo. ¡Tú misma!

Y esto sirve tanto para el maquillaje de día, para el de noche y hasta para el champú. Si tienes el pelo largo con una bolita del diámetro de una moneda de dos euros te basta y te sobra. Cuanto más te eches, más difícil te será retirar todos los restos y más probabilidades de que se ensucie antes y de que tengas que lavarlo más veces. Vamos, que entras en un bucle en el que solo saldrá perjudicada tu melena.

Secarse la cabeza al aire libre es la mejor opción, pero evita el hábito de restregar el pelo, retorcerlo y frotar hasta dejarlo casi seco, porque lo romperás y sensibilizarás el cuero cabelludo. La mejor forma de retirar la humedad sin dañar el cabello es utilizar una toalla de microfibra, que son extremadamente delicadas y que absorben muy bien el agua.

El secador es un gran invento… siempre y cuando se use bien. Ponerlo demasiado cerca de la cabeza secará antes el pelo, claro, pero también lo freirá y dañará la cutícula. Mantén una distancia de seguridad de 15 centímetros. Y se te lo vas a alisar con un cepillo, que la boquilla no toque nunca el pelo.

Eso de pasar el peine 100 veces para dar lustre a la melena es uno de los mitos más extendidos y más dañinos. Piénsalo bien, ¿por qué vas a cepillarte el pelo más de lo necesario? De esta forma solo conseguirás encresparlo y dañar la fibra.

Si vas a usar las planchas y tienes prisa seguro que pasas de aplicarte un producto más, pero aquí es donde no debes coger atajos. El protector de calor es un imprescindible: evita trasferir altas temperaturas al pelo y que se deshidrate o se queme. Y es especialmente necesario en las melenas teñidas. Si eres perezosa, te damos un truco: en lugar de aplicártelo mechón a mechón, extende una cantidad homogénea de medios a puntas y ahorrarás tiempo.

Y esto no solo significa haberte desmaquillado en condiciones (ojos incluidos), sino también, si eres de las que se ducha por la noche, irte a la cama con el pelo bien seco. Así por la mañana no tendrás que desenredarlo, dar más tirones de los necesarios y echar mano de la plancha para poner control en la melena, gestos que van en perjuicio del cabello, y mucho más si los practicas de manera habitual.

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