belleza
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Lo sabemos: la vida últimamente no es lo que se dice muy emocionante. Confinadas en casa y sin más planes a la vista que la sesión diaria de fitness y las videollamadas de los amigos, reducimos al mínimo la atención que le prestamos al cabello. Sí, tenemos más tiempo, pero no se lo dedicamos al pelo. ¡Si total nos pasamos la vida en la cama o el sofá! Así que lo cepillamos lo mínimo y nos lo lavamos lo imprescindible. Con una cola de caballo o un moño tiramos durante días. Si, además, has cedido a la tentación de acostarte con el pelo mojado, te interesa lo que vamos a contarte: los cuidados mínimos y trucos básicos para que no tengas que arrepentirte de no haber cuidado tu pelo mejor.
La regla de oro del confinamiento es la siguiente: no dejes de cepillarte el pelo al menos una vez al día. Y aplícate un champú dos o tres veces a la semana, según como tengas el pelo de graso, para mantener sano tu cuero cabelludo. Importante: la alimentación y el estrés afecta mucho al cabello, así que no descuides el equilibrio de nutrientes y alivia el estrés con deporte y, si te va bien, meditación. Y si puedes evitarlo, no sujetes la melena, sobre todo si pesa, con gomas o clips apretados. Recurre a diademas y pasadores con una mordida suave. Objetivo: evitar roturas.
Lo ideal es que una vez a la semana sumes a tu rutina de lavado un ritual de tratamiento, ya sea un acondicionador potente, una mascarilla o un serum. Hasta aquí te contamos lo básico e imprescindible para mantener el pelo sano. A partir de aquí todo es un plus. Por ejemplo, evitar el mayor tiempo posible el uso de calor (secadores, planchas, rizadores) sobre el pelo. Dormir sobre seda o satén en vez de algodón: evita totalmente la rotura del cabello. Recurrir a un champú con vinagre de manzana, que tonifica el cuero cabelludo y deja el pelo brillantísimo. O vaporizar cerveza reposada (que ya no tenga gas) junto al acondicionador para reparar daños. Esto ya es para nota: sobresaliente.