belleza
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Esta es la realidad en la mayoría de las rutinas de cuidado del pelo: nos saltamos la exfoliación. No vamos a culpabilizarnos: es un cuidado específico que no tenemos aún demasiado claro, sobre todo porque no sabemos exactamente su utilidad. Lo cierto es que las expertas en el cuero cabelludo no dejan de subrayar su importancia, multiplicada por diez si tienes el cabello fino, poco denso, quebradizo y tendente a la grasa. En estos casos, utilizar un buen exfoliante una vez a la semana permite eliminar el sebo y las células muertas del cuero cabelludo y evitar así la obstrucción de los poros. El efecto que esta limpieza profunda tiene en nuestro pelo es brutal.
Lo primero que vas a notar cuando incorpores la exfoliación semanal a tu rutina capilar es que vas a conseguir que los productos de peinado y de acabado que utilizas para conseguir más volumen son más efectivos. En otras palabras: conseguirás más volumen. La exfoliación, además de eliminar grasa y células muertas, elimina los restos de producto que van quedando en el nacimiento del pelo y que forman una capa imperceptible pero presente. Pero lo más importante es que vas a poder prevenir uno de los efectos que más nos preocupan a partir de los 35: la caída del cabello.
Los champús exfoliantes, con agentes como el mentol que refrescan absolutamente el cuero cabelludo, sal para un efecto 'scrup' o incluso aceite de argán para mejorar la luminosidad, son vitales para prevenir la caída. Porque permiten que el cuerpo cabelludo respire y esté sano, además de muco más preparado para recibir los tratamientos específicos para la caída que puedas estar utilizando. Se trata de darle al cabello el mismo trato que le damos a la piel: ¿a que no nos aplicamos una mascarilla en u rostro que no hayamos limpiado previamente?