Tenemos que ser justas: no solo el largo confinamiento ha sido el responsable de que las canas haya pasado de rasgo indeseable (e incluso vergonzante) a orgullo de su propietaria. En realidad, antes de que la pandemia impactara en nuestras vidas, una mujer más que relevante ya había comenzado a lucir ciertas hebras plateadas en su pelo, llamando la atención de todo el país. Hablamos de la reina Letizia , propietaria de un icónico mechón gris que, cada vez más, se resiste a teñir. Se ha convertido no solo en una seña de identidad, sino en el símbolo de la experiencia, la sabiduría y la autoridad que va con la edad. Y ahí es donde conecta con Salma Hayek , mucho más que la consorte de uno de los hombres más poderosos de la moda.
Vídeo. Famosas con canas: de Kate Middleton a Jennifer López
Nuestra cultura ha predicado siempre para las mujeres el deseo de eterna juventud: la virtud más deseable en nosotras era, desde este pnuto de vista, la belleza. Sin embargo, en este esquema de cosas nos perdíamos otras cualidades que, en pleno siglo XXI, podemos necesitar mucho más: la autoridad, el mando, la inteligencia. Todas esas características que se consiguen, únicamente, con la edad. Por eso la Reina deja ver sus canas (funcionan a modo de advertencia: 'Cuidado: no soy ninguna advenediza"). Y por eso mismo las lleva Salma Hayek,
La Reina dejó ver sus canas en una reciente visita a la Biblioteca Nacional. /
La mejor amiga de Penélope Cruz y hoy esposa de uno de los hombres más poderosos de la moda ( François-Henri Pinault, CEO y presidente del grupo Kering) va sobrada de belleza como para que le preocupen las canas. De hecho, las defiende con una frase reveladora: "Las canas de la sabiduría". Su selfie sin maquillaje y con canas quiere decir lo mismo que sostiene el look canoso de la Reina: demandamos el respeto por el saber que la edad nos ha dado. De hecho, Hayek dirige la fundación que lleva su nombre, dirige elconsejo de la Fundación Kering y ha cofundado la iniciativa Gucci's Chime for Change en favor de la igualdad de género. Casi nada.