belleza
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Tenemos que reconocerlo. Las planchas, el liso tabla de Victoria Beckham en los 90 y el posterior boom de los alisados permanentes han hecho mucho daño a la naturaleza más pura de un pelo rizado. Y aunque 2020 no ha sido como esperábamos, el confinamiento nos ha regalado grandes descubrimientos beauty que han elevado a lo alto de las tendencias este tipo de cabello que da lo que recibe.
Ahora sabemos cuál es el corte de pelo que mejor le sienta, cuáles son los peinados fáciles que más le favorecen y cómo hay que cuidarlo para resucitarlo de forma natural a través del curly girl method, el santo grial de las melenas rizadas que ha llegado para quedarse. Lo curioso es que se trata de una técnica creada por Lorraine Massey en 2011 que diez años después está arrasando y que viene a decirnos que liberemos a nuestro cabello de la tiranía de los sulfatos, las siliconas y otros químicos como el alcohol que resecan y eliminan la defición natural de la onda.
A simple vista parece sencillo. Cambiar todos nuestros champús, acondicionadores, mascarillas y otros productos capilares (crema de peinado, activador de rizos, espumas, aceites...) por unos que contengan ingredientes más naturales para conseguir un rizo hidratado, definido, suave y sin encrespamiento. Después la historia se complica. Los términos que hacen referencia a los pasos que se deben seguir en cada lavado (algunos son opcionales) los hemos adquirido del inglés, y manejarlos todos a la perfección no resulta tarea fácil.
Comencemos por el principio. Puede que ya sepas que al estrenarte como chica curly el primer lavado deberá hacerse con un champú con sulfatos y sin siliconas seguido de un acondicionador libre de ambos ingredientes. Esto limpiará las fibras capilares de cualquier residuo anterior no compatible con el proceso. En el siguiente hay que cambiar el champú por uno que ya no contenga sulfatos.
Este tipo de productos "aptos" se encuentra en foros y en redes sociales donde ya han leído la etiqueta por ti. En cuanto a la mascarilla, solo se usará una vez cada diez días y de forma especial: se aplicará después del champú y antes del acondicionador, y se deberá dejar puesta al menos media hora junto a una toalla de algodón o un gorro de ducha.
El proceso no termina ahí. Es hora de descifrar cada técnica capilar que te ayudarán a sacar los rizos que llevas dentro. El low poo hace referencia al lavado del pelo con un champú apto que contenga limpiadores auves. El co-wash (conditioner wash) se refiere al lavado con acondicionador. ¿La forma de aplicarlo? STC (Squish to condish), que se basa en estrujar los mechones del pelo de abajo hacia arriba para formar el rizo y que la porosidad del pelo absorba todo el producto.
Subimos de nivel y encontramos el leave in, un paso con un acondicionador sin aclarado que puedes añadir tras la ducha y antes de la fijación para un extra de hidratación. ¿Su variante? LOC (leave in, oil and cream), una combinación de acondicionador sin aclarado, aceite y crema de peinado que retiene la humedad del cabello durante más tiempo en los días que no nos lo lavamos.
Para terminar, otras tres técnicas de definición. Plopping: envolver la melena en una camiseta de algodón con cualquiera de los productos de fijación. Finger coiling: definir con ayuda de los dedos. Rake and shake: aplicar el producto usando los dedos como un rastrillo desde la raíz hasta llegar a las puntas para después agitarlas sin soltarlas. Cuidado que engancha...