No encontramos en una época del año en la que la salud del cabello se ve mucho más comprometida. El daño que provoca la radiación del sol ocasiona sequedad, falta de brillo, encrespamiento y puede degenerar en rotura o ralentización del crecimiento. El pelo se ve afectado a todos los niveles, desde las puntas hasta el cuero cabelludo. Y, para colmo, el agua del mar o las piscinas puede empeorar los problemas. Aun así, seguimos despreocupándonos por el cuidado de la melena por pereza o falta de tiempo, sin usar un protector capilar, un aceite u otro tipo de tratamiento de prevención y reparación.
Pero, si no quieres añadir más productos a tu rutina capilar, tranquila, porque podrás seguir utilizando solo tu champú y acondicionador siempre que uses fórmulas con ingredientes multifunción que traten la variedad de padecimientos, corrigiéndolos y haciéndote lucir una melena de peluquería. Aceites como el de coco, argán o marula son de los mejores valorados por sus amplios beneficios. Sin embargo,se ha vuelto tendencia otro activo polifacético, el aceite de ricino negro, que los expertos en belleza aprecian capacidad regeneradora total. Aquí te mostramos todo lo que puede hacer por mejorar tu cabello.
El aceite de ricino negro de Jamaica es un ingrediente de uso tradicional medicinal en algunas culturas africanas, debido a sus múltiples beneficios para la aumentar la belleza y salud. Este se encarga de hidratar, nutrir, aumentar la luminosidad, incrementar la flexibilidad y reforzar las fibras capilares, al mismo tiempo que acondiciona y suaviza el cabello. Además, tiene propiedades calmantes y antibacterianas, resultando ideal en el cuero cabelludo.
No solo actúa tratando el pelo superficialmente, sino en el interior y en los folículos, para trabajar de la forma más eficaz. Es más puro e intenso que el aceite de ricino habitual. Se trata de un humectante natural rico en vitamina E, ácido grasos y proteínas. Eso sí, es tan untuoso que no conviene utilizarlo a diario, por poder incrementar la producción de sebo en el cabello.
Previene y corrige la rotura y el daño, puede estimular el crecimiento del cabello, hidrata profundamente y crea el entorno perfecto para que las fibras nazcan con más resistencia, brillo, elasticidad y en mayor cantidad. Por eso, resulta perfecto para aquellas melenas que padecen de sequedad, tienden a ser quebradizas o a la caída capilar y padecen de puntas abiertas. Por otra parte, también sella la cutícula para mantener a raya el encrespamiento.
Pero, las ventajas no terminan aquí. También es un tratamiento suavizante de lo más efectivo y rápido, promueve la circulación para revitalizar el cabello y el cuero cabelludo y ayuda a combatir problemas como la caspa. Y, lo mejor es que se puede utilizar para favorecer el crecimiento, acondicionar y fortalecer pestañas y cejas. Un multiusos infalible para tratar la variedad de problemas más comunes de golpe.
Se puede aplicar en todo tipo de cabellos, siempre siguiendo las indicaciones de la fórmula que se emplee y, restringiendo la asiduidad en el caso de que el pelo sea de tipo graso. Pero, no te preocupes en tal caso porque con un uso habitual, no te provocará exceso de sebo ni dejará el pelo o las raíces sucios, apelmazados, chafados o brillantes en el peor sentido.
Hay muchos productos que incluyen este asombroso ingrediente, pero lo mejor es optar por un acondicionador o una mascarilla que contengan aceite de ricino negro jamaicano. Aunque, sin problemas se puede emplear en un champú o incluso al natural. Y, si bien mejora la salud del cuero cabelludo, lo más conveniente es aplicarlo de medios a puntas para mantener a raya el cabello.
Pero, este aceite no es solo bueno para el cabello. Se trata de un estupendo hidratante para las pieles que padecen de extrema sequedad y necesitan un impulso para recuperar las dosis de humedad, mientras obtienen mayor sedosidad, elasticidad y densidad. En este caso, las pieles grasas deben alejarse de él por tender a obstruir poros y poder causar brotes de acné.