Es un hecho: vivimos en una sociedad que va muy deprisa. Desde que te levantas hasta que te acuestas tienes que ser tu mejor versión en todo: el trabajo, la familia, la pareja, las amigas, el gimnasio... Y eso, sinceramente, agota. Puedes intentar atajar ese estrés con suplementos vitamínicos o intentar llevar un ritmo de vida más relajado (o slow, que diría Sara Carbonero), pero el mundo en el que vivimos no nos lo pone nada fácil.
Aunque no te lo creas, el estado de tu melena es un buen indicador de que tu nivel de estrés está alcanzando cotas poco sanas. Lo primero que puede ocurrir es la aparición de canas. Muchas. De la noche a la mañana. Parece un cuento de abuelas, pero lo cierto es que tiene una explicación científica. El estrés acelera el ciclo natural del pelo, de forma que el folículo se vacía de pigmento. Aunque no es muy común, existe un síndrome conocido como de María Antonieta o canicie súbita en el que el pelo se vuelve blanco de forma rápida y brusca y está asociado a niveles altos de estrés. ¿Crees que es un cuento? Por experiencia propia te comunico que no.
Otra de las consecuencias de llevar un ritmo de vida demasiado acelerado es el aumento de grasa en el cabello. Tu pelo se engrasa con facilidad y debes lavarte el pelo cada día. Pero no sólo eso, sino que el cuero cabelludo tiende a resecarse y, como consecuencia de ello, pueden aparecer brotes de caspa o picores. Por no hablar de la pérdida de brillo en nuestra melena, otra de las consecuencias del estrés. Pero claro, esto no es fácilmente reconocible mucho menos en verano, cuando el sol, el salitre o el cloro pueden hacer que tu pelo esté seco y sin vida (si no lo cuidas bien, claro). Y, por supuesto, el efecto más conocido del estrés sobre tu cabello es la caída. Un ritmo de vida acelerado aumenta tus niveles de cortisol, lo que hace que se acelere el ciclo natural del pelo y se caiga.
¿Y qué podemos hacer para evitarlo? Haz deporte, sigue un alimentación equilibrada y relaja tu ritmo de vida. Y tu dirás: qué fácil es decirlo, nunca que se habría ocurrido. Es como cuando le dices a una persona que sufre ansiedad que se relaje o a otra que tiene una depresión que se anime. Lo sentimos, quizá no podemos ofrecer soluciones para eliminar el estrés, pero te podemos ayudar a paliar los efectos en tu cabello. Eso sí, si no rebajas tus niveles de estrés, los efectos volverán a aparecer por mucho que les pongas remedio. Avisada quedas.
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Para las canas no podemos ofrecerte ninguna solución. Si ya han aparecido, el pelo canoso no puede volver a recuperar su color. Sólo te queda teñirte o asumir tu nueva situación y cuidar tu pelo canoso para que esté brillante y suave. Pero estás de enhorabuena, porque ahora se lleva el pelo gris y, si lo cuidas adecuadamente, incluso puede rejuvenecer tus facciones.