
spa capilar
spa capilar
arece que el concepto de skinification del cabello va calando. Recordemos que consiste en cuidar el cuero cabelludo como si fuese el rostro, con idénticas rutinas de exfoliación, limpieza e hidratación y similares activos antiaging. Marcas como Sisley o Guerlain han captado el mensaje y ya cuentan con productos capilares que nada tienen que envidiar a sus lujosas fórmulas faciales.
Porque, en estos tiempos, gastarse en un buen champú lo que cuesta una crema no es un dispendio sino un acto de amor por el cabello. [He probado ambas líneas y puedo garantizar que el resultado no es el de una marca de las llamadas «de gran consumo»].
En esas me ando, tratando de paliar la sequedad y el picor del cabeza, incluido algún brote de dermatitis por culpa del estrés, cuando decido pedir cita en el spa capilar que la beauty hunter Claudia di Paolo ha abierto en el hotel Rosewood Villamagna, en pleno Paseo de la Castellana. El término «spa capilar», en la terapeuta que me atiende, despierta suspicacias: «Esto es un Hair Wellth Spa, un spa de bienestar del cabello, el primero que abre sus puertas en Europa», me corrige.
Y continúa con la bienvenida: «Para que entiendas el símil con la piel, lo que hacemos es un tratamiento antiedad restaurador para el cuero cabelludo, que también acusa la polución, la mala alimentación y el paso del tiempo. Es decir, buscamos que tenga la información correcta para regenerarse ciclo a ciclo y con ello conseguir una mayor longevidad capilar. Queremos que el cabello nos acompañe toda nuestra vida de la mejor manera posible».
Si lo primero que te viene a la mente cuando piensas es un spa capilar es el atrezzo propio de una peluquería, con sus lavacabezas, secadores o zona de diagnóstico... error. Para empezar, Claudia di Paolo Hair Wellth Spa no se encuentra a pie de calle sino en la zona de spa del propio hotel, como si fuese una caja fuerte. Una enorme camilla preside la cabina. Y pienso: ¿tumbarme para un tratamiento capilar? Exacto. De eso se trata.
«Le digo a la gente que venga y lo pruebe, porque resulta indescriptible. Es una experiencia inmersiva de bienestar integral con beneficios para el pelo. Realmente nos enfocamos en la salud; la belleza es una consecuencia de lo que hacemos», revela la terapeuta con la voz dulce que me guiará en un ritual inesperado que incluye masaje craneal y corporal, meditación y hasta ¡baño de sonido!
Adentrarse en el hotel donde se quedaron los Stones la última vez que tocaron en Madrid anima a ponerse las gafas de sol de Prada. La planta baja acoge Sense A Rosewood Spa, un lugar de recogimiento donde se encuentra la cabina de Claudia. Antes de pasar, relleno un formulario: ¿Objetivo del tratamiento de hoy? Cuero cabelludo descamado, escribo. ¿Nivel de presión del masaje? Tejido profundo. ¿Cómo es su cuero cabelludo? Seco. ¿Y su cabello? Normal.
Me invitan a desnudarme y a ponerme un albornoz, algo que dice mucho del tipo de tratamiento que me espera. Paso a la cabina, decorada con una hermosa estantería a base de pequeñas hornacinas que ha creado para el espacio la interiorista parisina Emmanuelle Simon, cuyas inspiraciones son el art decó y la filosofía japonesa wabi sabi, la del «nada dura, nada se acaba y nada es perfecto», que busca la comunión con la naturaleza. Aislada por cortinas que hacen de paredes, parece que he reservado un asiento first class de una aerolínea de lujo. Me tumbo y me dispongo a despegar.
Claudia di Paolo Hair Wellth Spa en el hotel Rosewood Villamagna de Madrid. /
El «vuelo» comienza con una meditación guiada por parte de la terapeuta, que acompaña de un baño de gong. «Viaja a tu interior. Intenta mantener el estado de relajación todo el rato», susurra. A continuación comienza el masaje de cuero cabelludo, que ejecuta con movimientos de yoga. «Son técnicas que utilizamos para estimular todo el riego sanguíneo y mejorar la condición de la piel, así como su absorción de nutrientes por la raíz», me contará después. Y sigue por rostro, piernas y brazos, realizando movimientos de bombeo, digitopresión y effleurage.
No he contado que el cabecero de la camilla es un mullido reposacabezas sobre un lavabo. Ahí me aplica Awareness Cure, una exclusiva cura formulada por Claudia di Paolo. Primero me lava el pelo con un limpiador inteligente enzimático (llamarlo champú sería ningunearle), que es como un exfoliante que elimina los residuos y prepara la cutícula para que penetren mejor los concentrados, que llevan fitoqueratina, aminoácidos, vitaminas, ácido hialurónico... «Son activos que podemos encontrar en nuestra fibra capilar, en nuestra piel». En el tiempo de exposición de la cura, unos cinco minutos, me hacen otro masaje.
Si existe una sensación extraña y placentera a la vez es la de que te aclaren el pelo tumbada. Más aún después del relax que deja en el cuerpo un masaje tan completo. Salgo como si hubiese olvidado en la cabina media cabeza: grácil y ligera. «Es posible que dejes de tener picores. Hay gente que me ha comentado que tras el tratamiento sienten el cuero cabelludo en calma», dice la especialista. Tal cual. Durante los tres días posteriores, hasta que vuelvo a lavarme el pelo, no tengo que andar preocupada por si las dichosas motas blancas salpican la blazer.
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He podido vivir la experiencia con una sola sesión, pero la propuesta de este peculiar spa es que te acojas a una nueva forma integral de cuidarte y te hagas un tratamiento capilar/global cada 4-6 semanas. Eso sí, prepárate para pagar sin pestañear los 210 euros que cuesta 1 hora de tratamiento.
«No todo el mundo puede venir aquí, así que también tienes la opción de hacerte el ritual en casa con los productos de la cura. Puedes vivir igualmente la experiencia, con meditación, pasos de yoga para aplicar los productos de forma consciente, y hacer mindfulness con tu cabello», sugieren. Este gesto a domicilio, es decir, la cura de tres productos cuesta 290 euros.
-Es una experiencia bastante indescriptible, tal cual nos avanzaban antes de empezar, y única, puesto que combina masajes de cabeza, rostro y cuerpo y tratamiento capilar. Puede ser un regalo perfecto.
-El ritual que me realizaron, Reset: Inner Balance Cure, cumple lo que promete: »Indicado para cueros cabelludos alterados (sensibles, descamados, con picores..) y cabellos que necesitan relajarse».
-Noto el cuero cabelludo depurado, »respira» mejor, y el pelo más limpio, fuerte y brillante. He conseguido espaciar los lavados.
-Si te dejas caer por la capital y, por un casual, te hospedas en el Rosewood Villamagna este tratamiento es un plan redondo para relajarse.
-El precio no es apto para cualquier bolsillo, y ya sabemos que si hay que elegir entre pelo o cara elegimos cara. Puedes llevarte los productos a casa, pero no es lo mismo y no resulta más económico.
-El tener que poner un pie en un hotel como el Villamagna intimida. Debes saber que vas a lo que vas: a vivir una experiencia de lujo.
-Se abandona la cabina como recién salida de la ducha, con el cabello empapado. Se echa de menos un servicio de peluquería/a que cubra los mínimos de secado y peinado.
En Barcelona se encuentra el Hair Spa Miriam Quevedo, en el hotel Mandarin Oriental, también una experiencia fastuosa que estudia a fondo el cabello: el hair therapist es tricólogo y antes de empezar se valora el estado del cuero cabelludo con una cámara que hace un zoom al folículo piloso. Los precios andan parejos a los del spa de Claudia di Paolo.
Hay un síntoma que anuncia que la tendencia del bienestar capilar ya está aquí, y es la apertura de nuevos centros de Japanese Head Spa España tras la exitosa inauguración en Málaga. Las técnicas ancestrales japonesas se ponen al servicio de la salud del cuero cabelludo y, en este caso, a un precio más democrático. El tratamiento, que incluye análisis capilar, masaje de cráneo y rostro, head spa con chorros de agua y secado profesional cuesta 69 euros, 45 min.