A veces, el cuerpo nos pide algo nuevo que nos saque del hastío de la rutina y los recargue las pilas para afrontar los días con mayor felicidad y energía. Puede que eso sea un cambio de look, ya que nuestro aspecto tiene mucho que ver con el estado de ánimo y si nos sentimos guapas, podremos con todo. Sin embargo, es una decisión que requiere mucha meditación, porque no hay vuelta atrás (por lo menos en unos meses). No queremos arriesgar nuestra hermosa melena con un error en el corte o el tinte, ocasionado por un impulso repentino o falta de conocimiento.
Lamentablemente, no tenemos a nuestra disposición a un peluquero profesional que venga a diario a nuestra casa a arreglarnos el cabello y dejarlo espectacular, pudiendo probar cosas nuevas cada dos por tres, como es el caso de las famosas. Quizás por eso es mejor aplicar color que optar por las tijeras. Mucha tendencia en tonos para el pelo hemos visto este otoño, como el 'touch of toffee' o el cobrizo al que ninguna celebridad se resiste. La cuestión es que, a cierta edad, nos sientan mejor los tintes claro que iluminan nuestro rostro y crean un efecto rejuvenecido, que no pasa con los oscuros que remarcan las facciones y agudizan los signos problemáticos. Por eso, el nuevo look de Jennifer López es la solución.
La diva tendrá unos hábitos beauty fijos, pero cuando se trata de cabello, es camaleónica, aunque siempre encuentra la fórmula perfecta que le sienta de miedo, todo gracias a su estilista de confianza, Chris Appleton, que está vez le ha asesorado para que opte por unos gruesos reflejos rubios brillantes, que se intercalan con su cálido tono caramelo.
Si bien, ella no ha sido la única en elegir este tipo de peinado para el otoño. Sarah Jessica Parker y Julia Roberts presumen del mismo destello rubio en sus melenas rizadas. Lo que demuestra que es un acierto total en mujeres maduras, por lo mucho que favorece.
Lo cierto es que estas mechas son un revival de los años 2000, cuyas tendencias están volviendo con fuerza en belleza, ya sea pelo o maquillaje. Denominadas 'chunky highlights' o 'money piece', son la versión más atrevida por su grosor y lo evidentes que resultan. Para muchas puede resultar hortera, pero nada más allá si se hacen bien, con un tono de base que case perfectamente con este rubio.
Es decir, ahora no son las típicas rayas en forma de cebra, muy planchadas, de inicios de siglo, sino que juegan con la profundidad y la luz, empleando el balayage o las babylights en la raíz, haciendo un contraste muy sutil que enmarca el rostro y lo reaviva, con un resultado refinado y natural.
Puedes llevar una foto a tu estilista para que entienda lo que deseas. Normalmente estas mechas se hacen en secciones de pelo de dos a tres centímetros, aunque el tamaño siempre dependerá de la densidad de tu cabello, cuanto más fino, más lo serán las mechas, para garantizar que lo colores se entrelacen. Acude a tu peluquería con el pelo recién lavado, para que lo coloristas puedan observar cuál es tu verdadero tono de pelo y así, elegir el matiz de mechas que mejor te viene.
Los retoques son más espaciados en el tiempo que los de un tinte, cada 10 semanas, no requiriendo tanto mantenimiento, lo que lo hace ideal para nuestra ajetreada agenda. En casa, siempre debes emplear productos específicos para cabello teñido si quieres mantener el brillo, así como el uso constante de protectores térmicos que no dañen la decoloración.
Conservar la definición de las mechas es importantísimo, así que hazte con un acondicionador y sérum diseñado para tinte rubio, con base violeta, que matice el color, lo mantenga vivo y potencie la luminosidad.
El champú sigue la misma línea y, se recomienda utilizar un tratamiento esporádico tipo ampolla que realce el resultado y lo prolongue en el tiempo, a la vez que repara el daño, hidrata y fortalece. Lava el pelo solo con agua fría para preservar la intensidad y evitar que el tinte se desvanezca o difumine.