Guía de cuidado para pelo graso: causas, errores, cómo lavarlo y mejores tratamientos

Si el cabello se nos ensucia con mayor frecuencia de lo que debería, se apelmaza cuando usamos productos hidratantes, tiene aspecto aceitoso o sufre de caspa, esto son síntomas de que tienes el pelo graso. No es que sea malo, porque igualmente quienes sufren de cabello seco también tienen sus propias preocupaciones. Pero, sí que es molesto tener que estar constantemente lavándolo para que no tenga esa apariencia sucia antiéstetica. Además, significa que el cuero cabelludo necesita equilibrarse.

Por tanto, debemos llevar una rutina de cuidado capilar específica para controlar el exceso de sebo que se produce en la zona de las raíces o evitar la aparición de problemas derivados de la grasa. Así que, esta es la guía para cuidar el pelo graso que debes seguir, los mejores consejos, errores que no cometer nunca y los tratamientos que tienes que usar.

Tener el pelo graso en realidad significa que el cuero cabelludo sufre de una sobreproducción de sebo. Esto se debe principalmente a un desajuste que puede ser causa de múltiples factores. Por lo general, el cuero cabelludo produce grasa de forma regular para crear una capa protectora de hidratación que no lo altere.

Pero, cuando esta incrementa y se hace abundante, debemos preguntarnos por qué sufrimos de esta condición. Esto puede ser ocasionado tanto por causas internas como externas. Entre los detonantes internos encontramos los cambios hormonales que pueden producir ese exceso de secreción de sebo de las glándulas (por embarazo, adolescencia, menopausia o cualquier otro proceso que provoque una alteración hormonal).

También destacan los factores genéticos. Es decir, debidos a tus singularidades y entonces el problema sería de nacimiento (suele ser más habitual). Igualmente, causas como los efectos secundarios que provoca el estrés , así como la ingesta de determinado tipo de medicamentos también pueden provocar que se padezca de cuero cabelludo graso (pero estos serían puntuales y fáciles de revertir).

En lo que respecta a los factores externos, un lavado de cabello inadecuado, el uso de champús o tratamientos no indicados para tu tipo de pelo (o excesivamente hidratantes y comedogénicos), poca frecuencia de lavado , poca higiene en herramientas de peinado u otras prácticas poco recomendadas podría ocasionar ese mal funcionamiento de las glándulas sebáceas.

A rasgos generales, cuando se tiene el pelo graso lo más recomendable es utilizar productos específicamente formulados para este tipo de cabellos. Estos están compuestos para activos capaces de limpiar en profundidad el cuero cabelludo de todas las impurezas que se generan y también cuentan con ingredientes seborreguladores que equilibran la producción excesiva de sebo en las raíces.

También es recomendable seguir unas pautas de lavado correctas. No caer en mitos como que es malo lavar el pelo a diario o que no puedes usar champús con sulfatos debe tenerse muy en cuenta. La frecuencia de lavado dependerá de las necesidades de cada persona. Por ejemplo, si haces ejercicio a diario o se te tiende a ensuciar mucho el pelo, todos los días apareciendo ese aspecto aceitoso en las raíces, da pie a que podamos lavar el cabello cuando necesitemos, evitando la obstrucción de los folículos pilosos o la proliferación de bacterias.

Además, evita aplicar los productos hidratantes en la zona de las raíces y opta por texturas más ligeras. Por ejemplo, acondicionadores o mascarillas se deberán de aplicar solo de medios a puntas y aclarar muy bien para que no transmitan gras a las raíces. Y es que, este paso es necesario y no lo debes evitar, ya que el hecho de tener el cuero cabelludo graso no significa que no puedas tener el resto del pelo seco y maltratado.

Incluso puede ser muy beneficioso la realización de un peeling capilar o el uso de exfoliantes para el cuero cabelludo. Estos ejercen una limpieza en profundidad y eliminan todas las acumulaciones incrustadas, células muertas o suciedad, para desobstruir los folículos, oxigenar el cabelludo, favorecer su regeneración y reequilibrarlo. Se aconseja hacerlo una vez al mes.

La frecuencia de lavado será la que tu pelo necesite. A partir de ahí, el método para lavar el pelo graso será usando un champú détox o seborreguladores en todo el cuero cabelludo. Se aplicará frotando suavemente con las yemas de los dedos en movimientos circulares y déjalo actuar de uno a dos minutos. Después es necesario aclarar el producto con abundante agua (templada o fría) para eliminar todos los residuos y grasa. Evita el agua caliente ya que puede ser contraproducente en este tipo de cabellos.

En el caso de que te laves el pelo a diario, lo mejor es utilizar un champú con pH neutro que favorezca la regulación de grasa en el cuero cabelludo y evite su desequilibrio al respetar el entorno. Y, los champús de tratamiento con ingredientes antigrasa, los usaremos una vez a la semana para combatir el problema y no agredir demasiado la zona, ya que son muy potentes y pueden ocasiones efecto rebote.

El producto más importante que debes tener en cuenta a la hora de combatir el pelo graso y mantenerlo más tiempo limpio es el champú. Los que tienen tensioactivos potentes pueden ser buenos para eliminar toda la suciedad acumulada y evitar que el cuero cabelludo se obstruya y genere aún más grasa.

Otros ingredientes como la arcilla, el romero, el té verde, el tomillo, el hamamelis o el carbón activo que tienen propiedades absorbentes de la grasa también son recomendables, al igual que el ácido salicílico, la azeloglicina, la gluconolactona o la piroctona olamina cuyas propiedades queratolíticas, astringentes o seborreguladoras reducirán ese exceso de aceite.

En el caso de que sufras de problemas como dermatitis seborreica o caspa, deberás buscar productos indicados para su reducción, como aquellos que contienen climbazol y siempre es recomendable preguntar a un farmacéutico o tricólogo sobre ellos, para garantizar que realmente tienen ingredientes eficaces.

El principal error que debemos evitar es utilizar demasiado champú de tratamiento o seborregulador porque su efecto secante o absorbente de grasa podría causar rebota y activar aún más las glándulas sebáceas para corregir esa resequedad y devolver la capa de aceites protectoras al cuero cabelludo. Por lo que, solo deberás utilizar estos champús una vez a la semana.

Tampoco podemos ni excedernos ni reducir la frecuencia de lavado. Esto dependerá del ritmo de producción de grasa que padezcas personalmente, por lo que siempre que te lo vayas a lavar todos los días procura utilizar un champú super suave y con pH neutro. Pero, debes caer en la cuenta de que si no lavamos taponaremos el cuero y si lo hacemos mucho, lo resecaremos y el desequilibrio seguirá estando.

Además, no abuses de los champús en seco u otros productos de peinado. Es cierto que son perfectos para darle un aspecto más limpio, pero pueden llegar a obstruir, por lo que solo debes recurrir a ellos cuando no haya más remedio o si no puedes lavarte el pelo ese día. Y, siempre que lo uses, asegúrate de enjuagar a conciencia el cabello para eliminar todos los restos acumulados. Lo mismo con lacas, gominas y demás fórmulas de styling.

También debes evitar frotar demasiado el pelo con la toalla cuando te lo laves, así como dejarla puesta mucho rato. Y, por supuesto, siempre utiliza toallas limpias y mantén una buena higiene de tus herramientas de peinado, aprendiendo a limpiar el cepillo del cabello y demás como planchas y otros utensilios.

Por otro lado, el uso de sombreros, gorras, diademas o cualquier accesorio del pelo que cubra la cabeza y esté en contacto con el cuero cabelludo también puede empeorar o provocar el problema de la grasa. E, igualmente ocurre lo mismo si estamos todo el día tocando el cabello con las manos, una manía que deberás quitarte.

Para concluir, también es necesario combatir el problema del pelo graso desde el interior. Esto significa tener buenos hábitos en la rutina, intentar evitar situaciones de estrés y llevar una dieta equilibrada, libre de alimentos ultra procesados, altos en azúcares o grasas saturadas porque generarán más sobreproducción de sebo.