belleza
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Hemos insistido mucho en que la belleza se trabaja mejor por capas, de la esencia al sérum, sin olvidar el contorno de ojos. Pero también es verdad que los nuevos ingredientes que luchan contra los problemas más complejos del rostro pueden llegar a colisionar en sus objetivos. Eso significa que hay que tener cuidado con el orden de los factores. Pero solo en algunos casos. Te los explicamos.
Alfahidroxiácidos (AHA) + Vitamina C
Los AHA son exfoliantes de primera, pero pueden sobresaturar la actividad de otros ingredientes e incluso modificar su pH. Sobre todo, aquellos que son difíciles de estabilizar en una fórmula, como la vitamina C. Eso significa que, si se aplican seguidos, es más que probable que la vitamina C pierda su efecto.
Solución: espacia la aplicación. Por ejemplo, date la vitamina C por la mañana y los AHA por la noche.
Peróxido de Benzoilo + Antioxidantes
El primero es un ingrediente clásico contra el acné. Pero, si se mezcla con antioxidantes, ambos pierden inmediatamente su poder de acción. La única excepción es el resveratrol. Según un reciente estudio de la Universidad de UCLA (EE.UU.), ambos activos juntos se refuerzan.
Solución: alterna día sí y día no los tratamientos para el acné y los antioxidantes.
Retinol + Ácido salicílico
El primero ha demostrado ser una de las armas más fiables en la lucha contra el envejecimiento. Pero si lo juntas en un corto espacio de tiempo con el ácido salicílico, hay muchas posibilidades de que tu piel acabe deshidratada y roja.
Solución: deja el retinol para las noches y los limpiadores con ácido salicílico úsalos por el día.